Peñón de los baños, Gretta Hernández Ayala

Tomado de aquí para fines culturales y difusión

Entrada a las aguas termales del Peñón de los Baños. Cortesía de la autora © Entrada a las aguas termales del Peñón de los Baños. Cortesía de la autora ©


En los barrios bravos que rodean el aeropuerto internacional de la capital del país y resistiéndose al paso del tiempo, existe un lugar que atesora desde épocas prehispánicas aguas termales de manantial. La primera vez que escuché hablar del fontanal fue en la voz de Feike de Jong, un holandés loco que, caminando por la periferia de Ciudad de México, los conoció. Las aguas termales llevan siglos empleándose con fines curativos. Se forman gracias a la lluvia que se filtra en el subsuelo y que, al circular por las capas profundas de la corteza terrestre, se mineraliza y eleva su temperatura. El magma de la tierra también aporta a la formación de los manantiales, pues al cristalizarse libera vapor de agua y gases como hidrógeno, anhídrido carbónico, nitrógeno, boro, flúor y azufre. El rumbo donde se localiza este recinto es una zona marginal. Es difícil pensar que, a un costado del Circuito Interior, cerca de una estación de metro y de dos terminales aéreas, se encuentran las aguas de manantial que los aztecas bautizaron como Acopilco, el lugar de las aguas de Copil. En la época precolombina, el cerro del Peñón de los Baños, conocido como Tepetzinco (Tépetl, ‘cerro’ y zinco, ‘pequeño’, es decir, “el cerrito”), era un islote rodeado por el lago de Texcoco. Cronistas indígenas y españoles relatan que los antiguos nobles de la sociedad mexicana y el mismo emperador Moctezuma, quien mandó construir jardines, zonas de caza y villas de descanso, frecuentaban el lugar. Con la desecación del lago, las amplias extensiones de tierra se fueron urbanizando. Vista desde Google Maps, la colonia El Peñón de los Baños es una mancha gris y anodina, sin embargo, es aquí donde las “aguas milagrosas” quedaron confinadas en la planta baja de un modesto condominio. Los aztecas creían que la medicina debía ser preventiva. Paradójicamente, frente a los baños hay un centro de salud del gobierno. Los parroquianos dicen que si no te curas con la medicina de enfrente, te cruces la calle y te sumerjas en la tibieza de las aguas curativas del Peñón. Quien administra los baños es el señor Jorge Hebert Espinosa. Antes de que despunte el día, don Jorge ya está abriendo las puertas del local. Él guía mi recorrido por los baños. Cruzamos un pequeño atrio y al fondo damos con una capilla remodelada en tiempos pandémicos y que desde hace un mes ya está abierta al público. En un libro publicado por el INAH, El Peñón de los Baños y la leyenda de Copil, Luis Aveleyra Arroyo de Anda relata que el oratorio está dedicado al culto de Santa María de Guadalupe y fue construido ex profeso dentro del espacio de los baños del Peñón. El antropólogo asegura que la capilla podría compararse a la del Pocito, en el Tepeyac, aunque el Pocito es treinta años posterior y de estilo barroco. La iglesia data del siglo XVII y sirvió como un lugar de oración para los enfermos. Relata el escritor:

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La Memoria, El Arma De Los Guerreros De Anáhuac

LA MEMORIA, El Arma De Los Guerreros De Anáhuac.

El arma más contundente para colonizar a nuestro pueblo desde 1521 fue la pérdida de su identidad. Aparte tanto los cañones, las espadas, las intrigas y las traiciones, la viruela y el sarampión.

Cuando a una persona, a una familia o a un pueblo se le quita la “memoria”, se le deja indefenso y vulnerable. Por la amnesia, no sabe quién es, no sabe de dónde viene, ni a dónde va. Qué le pertenece y qué le es ajeno. Quién es su enemigo, quién su explotador. No diferencia la mentira de la verdad, la injusticia de la justicia. Es como si lo dejaran mudo, ciego y sordo, en un pavoroso estado de indefensión total.

Esto es justamente lo que nos hicieron en estos cinco siglos de ocupación y colonización extranjera. Los primeros tres siglos los “gachupines” se adjudicaron nuestro Cemanahuac, para sí y para la corona española el virreinato de la nueva España, en donde los pueblos originarios no tenían ninguna oportunidad. Su calidad era de vencidos y esclavos, como el filósofo español del siglo XVI, Ginés de Sepúlveda lo afirmaba. Las leyes, las autoridades y las instituciones eran de carácter colonial y estaban creadas para regular la explotación humana y la depredación de la naturaleza de los vencidos, no para
impartir justicia y procurar el bienestar de los invadidos.

Los siguientes dos siglos, gracias a una lucha entre parientes, los “criollos” traicionaron a los “gachupines” y crearon “su país”, al que le llamaron “México” en honor a los mexicas. No se abolió el sistema colonial, lo único es que los “criollos” desplazaron a los “gachupines”, los expulsaron “de sus país” y tomaron el poder. La sociedad mexicana “es de unos cuantos y de amigos”, es racista, clasista, explotadora y depredadora. Aun en pleno siglo XXI vivimos en una sociedad hipócritamente colonial.

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El Virrey Antonio de Mendoza y los códices mexicanos. Documental

La Dirección de Etnohistoria presenta una investigación sobre el patrocinio del primer virrey novohispano, reuniendo por primera vez imágenes y antropónimos suyo provenientes de 19 pictografías mexicanas y 1 peruana. Recuerda a través de este video su participación en el Códice mendocino y en la Relación de Michoacán; y reconoce su apellido, su figura y sus glifos en múltiples documentos ligados al Lienzo de Tlaxcala y al Colegio de Tlatelolco, así como su pervivencia en los códices Techialoyan.

En AA Difundimos este documental publicado por INAH TV con excelente información para saber sobre este tema importante Anahuaca.

12 de octubre 1492; ¿Descubrimiento de América?

A través de las obras de Miguel León-Portilla, Edmundo O’Gorman y Federico Navarrete podemos vislumbrar paradigmas historiográficos que difieren de las miradas eurocéntricas, tradicionales y convencionalistas.

Explotación de México por los conquistadores españoles
Explotación de México por los conquistadores españoles, por Diego Rivera.

El desarrollo de la navegación, la necesidad de encontrar otra ruta comercial hacia la India y el interés por lograr una expansión territorial y religiosa con fines comerciales y económicos fueron algunos de los antecedentes que llevaron a España a adentrase en el océano a través de rutas inexploradas con la promesa de obtener grandiosas ganancias.

Esto llevó a que en 1492 el navegante genovés Cristóbal Colón partiera de Europa con tres barcos y una tripulación conformada por cerca de un centenar de hombres en busca de la India. Este viaje se realizó con la inversión económica de Isabel de Castilla, algunos integrantes de la nobleza, comerciantes y magnates.

De esta manera, el 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a lo que hoy conocemos como América al encontrarse con las Antillas y desembarcar en la isla de Guanahaní, misma que bautizó con el nombre de San Salvador (posteriormente arribó a los actuales territorios de Santo Domingo y Cuba).

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Ce Ocelotl Tonalpohualli. Tlacatzin Stivalet

02 Ce Ocelotl – uno ocelote (identidad masculina)

Tlacatzin Stivalet

Es el segundo trecenario, masculino, del rumbo del norte, rumbo de Tezcatl ipoca ‘espejo su esplender’, nuestra conciencia ética, manifestación de nuestro «yo cuerpo», de nuestro instinto de espacio. En las trece «casas» está presente Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso, gemelo potente’, nuestro sentido de pertenencia colectiva, del unirnos a otros en la acción, de actuar siempre con lealtad. Este trecenario protege el movimiento, ya que la cuarta «casa» es ollin ‘movida’, la palabra es para unir, ya que la novena «casa» pertenece a Quetzalcohuatl ‘gemelo precioso’, es un trecenario para culminar exitosamente, ya que la séptima «casa» es xöchitl ‘flor’.

facebook.com/Cauhpohualli

21 de junio: Un día como hoy finalizó la Guerra Cristera en México

Cristeros junto a familiares, con la bandera de México detrás con la imagen de la Virgen de Guadalupe como escudo. Foto: Dominio público.

Cristeros junto a familiares, con la bandera de México detrás con la imagen de la Virgen de Guadalupe como escudo. Foto: Dominio público.

 

El 21 de junio de 1929 finalizó oficialmente la Guerra Cristera en México tras la firma de los acuerdos entre el Arzobispo mexicano Leopoldo Ruiz y Flóres, como delegado apostólico del Papa Pío XI, y el entonces presidente del país, Emilio Portes Gil.

Culminó así un conflicto de tres años que enfrentó al Gobierno mexicano con numerosos grupos de fieles católicos, denominados “cristeros”, indignados por las medidas legales emitidas contra la Iglesia y el culto religioso.

Los cristeros tenían como su lema principal “Viva Cristo Rey y Nuestra Señora de Guadalupe”. Se estima que más de 60 mil soldados del Gobierno y 25 mil milicianos del bando cristero murieron.

En declaraciones a ACI Prensa en junio de 2018, el jurista y doctor en Historia Jorge Adame Goddard, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que el origen del conflicto es la Constitución de México de 1917, que “desconocía los derechos de la Iglesia, desconocía su personalidad jurídica, limitaba el número de sacerdotes, ponía restricciones muy importantes al culto público”.

Recordó que “esto generó una serie de protestas” y las tensiones aumentaron con la llegada al poder del presidente Plutarco Elías Calles en 1924.

En 1926 este presidente promulgó la Ley de tolerancia de cultos, conocida como “Ley Calles”, para hacer efectivos los artículos constitucionales contra la Iglesia.

Con la Ley Calles, señala Adame Goddard, “se consideraban delitos muchas actividades totalmente lícitas, como que un sacerdote esté en la calle con traje talar o que los religiosos estén reunidos en congregaciones, o que se enseñara religión en las escuelas”.

Ante las repetidas negativas del Gobierno a derogar la Ley Calles, un gran número de obispos decidió suspender el culto el 31 de julio de 1926, día en que comenzó a regir la controversial legislación.

“La suspensión de culto impresiona muchísimo a la población. De pronto todas las iglesias están cerradas, no pueden bautizar a sus hijos, no hay primeras comuniones, ni Misas los domingos”, dijo el jurista.

El Gobierno respondió cerrando los templos, persiguiendo y arrestando a sacerdotes y dirigentes laicos. La violenta reacción estatal hace que muchos católicos decidan tomar el camino de las armas.

Adame Goddard dijo a ACI Prensa que el movimiento cristero “se produce en varios estados de manera espontánea. En cada lugar hay jefes locales, jefes regionales militares, militares improvisados”.

“En la Ciudad de México se constituye un grupo de intelectuales profesionistas, principalmente abogados, que constituyen la Liga Defensora de la Libertad Religiosa” con el fin de “conseguir recursos para apoyar el movimiento armado y procura también dirigirlo”.

Eventualmente, precisó el jurista, se constituyó un mando único militar en el movimiento cristero, bajo el mando del general Enrique Gorostieta Velarde.

“Este era un militar de carrera, entrenado en el Ejército” que unificó y “logró que el movimiento cristero llegara a controlar territorios en partes de Jalisco, Zacatecas, algo de Durango, Colima”.

La preocupación de la Iglesia: La pastoral

Adame Goddard indicó que “la Iglesia no apoyó el movimiento armado”, aunque “tampoco lo detuvo”.

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Liderazgo Armonizante, Seminario. Tlacatzin Stivalet

Liderazgo Armonizante portada

OBJETIVO: Ofrecer a cada uno de quienes se integran al trabajo del seminario la posibilidad de encuentro con uno mismo, como «toma de conciencia» tanto en el conocer cuanto en el hacer, que sea «punto de partida» para de allí avanzar cada quien, por un futuro trabajo interno propio, hasta llegar a convertirse en guía esclarecido: capaz de unir voluntades con otros seres humanos de una manera armoniosa y firme: para el logro de metas comunes.

FORMATO: El seminario se realiza en diez sesiones de 90 minutos cada una, los primeros 30 minutos de cada sesión se hará una lectura del material de trabajo, en silencio mientras alguien lee en voz alta, marcando las palabras nuevas. Los segundos 30 minutos se hará un listado en el pizarrón de las palabras desconocidas y se esclarecerá el significado de todos los conceptos nuevos. La tercera parte del tiempo se utilizará para realizar un ejercicio grupicio de «toma colectiva de conciencia» esclareciendo el significado colectivo de la palabra clave de la sesión, que culminará cuando cada uno exponga en voz alta lo logrado con la sesión.


Primera sesión: La evolución de lo vivo

Objetivo: Tomar conciencia de nuestra «identidad animal», reconocimiento de nuestro «yo animal», como una de las dos opciones de la vida, complementaria de la opción vegetal, que es resultado de la prolongada interacción armoniosa de la tierra, la lluvia, el aire y el sol.
Exposición: Nuestro «genoma», su evolución a partir de la aparición del ADN hace 3,200 millones de años, cuya característica esencial es su aptitud de «duplicarse a sí mismo». El lento proceso de diversificación de los seres vivientes. Factores de incertidumbre para un futuro de 3,200 millones de años para los seres vivientes: incluidos los humanos.
Toma colectiva de conciencia: «evolución»

Conceptualización del vocablo: evolución

Tomado del francés evolution, derivado del latín evolutio, evolutionis Corominas: ‘acción de desenrollar, desenvolver, desplegar’.

ColMex: evolución s f 1 Serie de transformaciones o cambios graduales por los que pasa algo o alguien: evolución de las especies, evolución de una enfermedad, evolución de una ciencia, evolución de una lengua, la evolución del niño 2 Movimiento que hace una persona o grupo de personas para cambiar de posición durante un ejercicio, una marcha, una danza, etc: evoluciones militares, evolución acrobática.

Larousse: EVOLUCIÓN f. (lat. evolutio) Acción y efecto de evolucionar. (SINÓN. V. Adelanto) / Desarrollo de las cosas o de los organismos / Movimiento, maniobras ejecutadas por las tropas o los buques. / Fig. Mudanza de conducta, propósito o actitud. / Desarrollo de las ideas: la evolución de una teoría. / Fig. Transformación. / Serie de transformaciones sucesivas. / Teoría biológica que admite la transformación sucesiva de las especies: Darwin ha sostenido la teoría de la evolución. / Fil. Evolucionismo.

Santillana 2: evolución. Substantivo femenino. 1. Cambio de algo en cierto sentido, realizado en forma progresiva. La evolución de la ciencia, desde el siglo pasado a este, ha sido muy grande. // Sustantivo femenino plural. En este caso significa giros, vueltas, movimientos, aunque no sean circulares, realizados por personas, animales o cosas. Las evoluciones de una mariposa son de gran belleza. Los espectadores estaban admirados viendo las evoluciones de la patinadora.


Segunda sesión: La Humanización, La Civilización

Objetivo: Tomar conciencia de nuestra «identidad humana» como consecuencia de la activación de nuestros «sensores monarca»: de espacio, de tiempo, de placer, de pervivencia, de armonía
Exposición: Proceso de evolución de los primates desde hace 10 millones de años, la consecuencia del uso del «lenguaje articulado», que permite a cada generación de jóvenes llevar a cabo su «tarea generacional»: heredar, asumir, ejercer, innovar, legar. Factores de incertidumbre para un futuro de 10 millones de años para los actuales primates evolucionados: nosotros.
Toma colectiva de conciencia: «civilización»

Derivado de civil, del latín civilis ITER: adj. Civil: controversiae civiles, negocios civiles · Relativo a la politica, al Estado: civilis vir, personaje político. · Común, corriente: civilis sermo, lenguaje corriente. · Popular: civilia loqui, lenguaje popular. · Culto, urbano, atento, cortés: civilis circa amicos, amable con los amigos.

ColMex: civilización s f 1 Conjunto de las costumbres, tradiciones, creencias y normas, así como de las actividades y producciones económicas, científicas y artísticas, de uno o varios pueblos o de toda la humanidad: civilización griega, civilización maya, civilización moderna 2 Forma de convivencia social en la que existe justicia, honradez y orden.

Larousse: CIVILIZACIÓN f. Acción y efecto de civilizar. / Conjunto de caracteres propios de un pueblo o raza: civilización romana. / – SINÓN. Cultura, instrucción, educación.
CIVILIZAR v. t. Sacar del estado salvaje: civilizar a un pueblo // Educar, ilustrar.

Santillana 2: civilización. Substantivo femenino. 1. Conjunto de conocimientos, costumbres y modos de vida de un pueblo o de una raza. A lo largo del siglo XX han llegado a muchos países los adelantos y los beneficios de la civilización…


Tercera sesión: Las Cuatro Cunas de la Civilización

Objetivo: Tomar conciencia de nuestra «identidad cultural» como consecuencia de la asunción personal del «legado» de nuestros ancestros.
Exposición: La manifestación ambiental de nuestra «identidad humana» en cuatro regiones geográficas de nuestro planeta: Egipto, Sumeria, China, Anáhuac. Referentes culturales para conducir el vivir en sociedad: los dioses para los egipcios, el destino para los sumerios, la naturaleza para los chinos, la identidad cósmica para los anahuacas.
Toma colectiva de conciencia: «cultura»

Palabra latina cultura ITER: f. Cultura, cultivo · Agricultura. · Culto, veneración.

ColMex: cultura s f 1 Conjunto de experiencias históricas y tradicionales, conocimientos, creencias, costumbres, artes, etc, de un pueblo o una comunidad, que se manifiesta en su forma de vivir, de trabajar, de hablar, de organizarse, etc: cultura maya, cultura mexicana 2 Conjunto de los conocimientos de una persona, comunidad o época: la cultura de Alfonso Reyes, cultura general, cultura clásica 3 Resultado del cultivo de las capacidades humanas: cultura física, cultura artística.

Larousse: CULTURA f. (lat. cultura) Fig. Desarrollo intelectual o artístico: hombre de gran cultura. [SINÓN. V. Saber.] / Civilización: cultura clásica [SINÓN. V. Civilización.] / Acción de cultivar las letras, ciencias, etc. / Cultivo (P. us.) / Cultura física, desarrollo racional del cuerpo por medio de ejercicios apropiados.

Santillana 2: cultura. Substantivo femenino. 1. Conjunto de conocimientos que posee una persona como resultado de haber leído, haber estudiado, haber viajado o haberse relacionado con otras personas. Es un hombre de gran cultura porque ha leído mucho y ha viajado por todo el mundo. 2. Desarrollo científico, literario, económico, social, artístico… que ha alcanzado un país o una determinada época. El pueblo inca alcanzó un elevado grado de cultura.

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A 5 años del descubrimiento en Toniná de la pirámide más alta que la del Sol en Teotihuacán

Una pirámide de 75 metros de altura, más grande que la del Sol en Teotihuacán, es explorada por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la acrópolis de Toniná, Chiapas, la cual tiene una antigüedad de mil 700 años. teotihuacan

Emiliano Gallaga, director de esa zona arqueológica, explicó que los trabajos se realizan desde hace dos años y que mediante un mapa tridimensional se constató que en el sector noreste del sitio se halla una de las edificaciones más grandes de Mesoamérica, sólo comparable con otras del área maya ubicadas en Tikal y El Mirador, en Guatemala.

Otra característica que torna única a esa estructura prehispánica es que las siete plataformas que la integran fueron espacios específicos destinados para palacios, templos, unidades habitacionales y administrativas. Es una única estructura para diversas funciones específicas dentro la estructura social, política, económica y religiosa, que no se repite en ninguna otra zona arqueológica del mundo maya, añadió el investigador del INAH.

“Es una gran sorpresa constatar que la pirámide fue hecha casi en su totalidad por los arquitectos prehispánicos y, por tanto, es más artificial que natural.

“Lo anterior se explica porque se creía que casi toda era un cerro o montículo natural, pero las recientes evidencias han develado que casi en su totalidad fue edificada por los antiguos pobladores.

“Toniná –prosiguió– es más grande de lo que sospechábamos. Sus pirámides están conectadas por medio de calzadas localizadas en lo alto de las elevaciones aledañas.”

Además, Gallaga comentó que tras estas evidencias en la pirámide de Toniná, también se corroboró que ésta supera en altura a la del Sol, en Teotihuacán, estado de México, la cual mide 65 metros.

De esta manera los especialistas del INAH han determinado que el núcleo urbano tiene una continuidad arquitectónica de entre 10 y 12 hectáreas, el doble de las que anteriormente se conocían y que correspon-dían sobre todo a la fachada sur de esa acrópolis, que es una de las más importantes de las zonas mayas. Level 4 pyramid main fr rear4

De hecho, Toniná derrotó a Palenque y algunas investigaciones apuntan a que en este lugar fueron tomados prisioneros dos hijos de Pakal.

Además, el arqueólogo dijo que este nuevo registro surgió durante los trabajos de consolidación y restauración que se efectúan en la parte norte de esa mítica acrópolis, luego de la adquisición de terrenos por el INAH, lo cual permitió profundizar sobre aspectos urbanísticos de esta antigua ciudad, entre ellos que el sitio prehispánico es más extenso de lo que se creía.

El mapa tridimensional fue elaborado de manera conjunta por Juan Yadeun Angulo, director del Proyecto Arqueológico de Toniná, y el experto Carlos Pallán, quien dirigió a un grupo de estudiantes en arqueología y posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, quienes levantaron ese mapa donde quedaron registradas las estructuras del sector noreste del sitio, sus dimensiones y su interconexión mediante calzadas artificiales.

Nuevas pistas

Hace unos meses en Toniná fue descubierto un sarcófago de piedra que data de los años 840-900 dC, el cual podrá contribuir a explicar el derrumbe de la cultura maya. Dentro del sepulcro se hallaron restos óseos y objetos de cerámica y, según los especialistas, este hallazgo sería comparable con el de la Reina Roja de Palenque. En este momento las evidencias halladas se encuentran en fase de laboratorio y posteriormente se realizarán estudios de ADN, entre otros, que tal vez nos ofrezcan información para conocer la identidad de ese personaje.

También en Toniná fue descubierto hace unos meses un muro con un texto glífico que incluye el nombre completo del jerarca maya que forjó el más importante de los señoríos militares de ese lugar, K’inich B’aaknal Chaahk, sexto gobernante de los 14 (hasta ahora conocidos) que dirigieron esta antigua urbe; incluso se halló su retrato modelado en estuco.

Es muy importante subrayar que la difusión sobre Toniná ha sido muy escasa, y es necesario que se conozca este lugar por la relevancia que tuvo y porque también es una de las grandes ciudades mayas de Chiapas, como Palenque o Bonampak, puntualizó Emiliano Gallaga.

La pirámide de Toniná es ahora no solo la más alta de México, sino la más grande

Guatemala: Descubren los esqueletos de una pareja de reyes mayas de hace 1.500 años

Los restos fueron hallados junto al cráneo de un niño, aparentemente sacrificado, y otros valiosos objetos.

Guatemala: Descubren los esqueletos de una pareja de reyes mayas de hace 1.500 años

Imagen ilustrativa.
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Un grupo de investigadores ha encontrado los esqueletos de un hombre y una mujer que habrían sido reyes de la civilización maya. Los restos podrían tener aproximadamente 1.500 años y fueron hallados en las cámaras funerarias de una de las tres pirámides de la ciudad arqueológica de Holmul, ubicada en la selva de Guatemala, informó The Guardian.

«Estamos bastante seguros de que es el rey, porque tenemos este gran jarrón con el nombre de un rey muy importante de una ciudad cercana que controlaba esta», afirmó el arqueólogo Francisco Estrada-Belli al medio británico, y agregó que solo los monarcas de la civilización podían poseer ese tipo de objetos.

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Además, las osamentas fueron halladas junto al cráneo de un niño, aparentemente sacrificado, y otros objetos valiosos que sugieren el estatus prominente de esos seres.

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El descubrimiento se realizó gracias a un lídar, dispositivo láser con el que se detectaron aproximadamente 60.000 estructuras, desde pirámides hasta ciudades enteras, ubicadas en lo profundo de la densa jungla guatemalteca. Este mecanismo permite determinar las distancias desde un emisor láser a un objeto o superficie y crear mapas tridimensionales.
De ese modo, se determinó que la antigua civilización «era mucho más compleja e interconectada de lo que la mayoría de los especialistas mayas suponía», señala un informe reciente de National Geographic, que presentará los hallazgos a través de la serie ‘Los tesoros perdidos de los mayas’ a partir del 5 de mayo.

Los especialistas también visitaron pirámides previamente desconocidas ubicadas fuera de la ciudad de Witzna, al norte del país centroamericano.

En la zona encontraron señales de ataques perpetrados en el sitio, edificaciones destruidas, quemadas, y monumentos con imágenes de reyes desfigurados, lo que sugiere un elevado nivel de conflicto durante siglos. «Hay una sensación de miedo casi palpable en este paisaje», sostuvo Stephen Houston, arqueólogo de la Universidad de Brown.

 

tomado de aquí

El día que Moctezuma se decepcionó del Catolicismo

Según recoge la historia, al día siguiente de su recibimiento en Tenochtitlan, Hernán Cortés en calidad de supuesto “embajador” del Rey Carlos V (como falazmente se hizo pasar) pidió poder presentarse ante el excelso Moctezuma («Motecuhzoma Xocoyotzin»), lo cual le fue concedido amablemente. Una vez aseado y perfumado (luego de semanas de no hacerlo), tal y como dictaban los protocolos y las formas mexicanas, el castellano se trasladó escoltado por varios guerreros águila (“Cuauhpilli”) hasta el palacio del “Huey Tlahtocan” (Supremo Consejo) donde se hallaba el tlahtoani. La intención de Cortés era que se le permitiera dar una arenga religiosa (que por cierto, fue tan larga como una tarde entera e hizo dormir de hastió a varios dignatarios tenochcas ahí presentes), cuya finalidad era convencer de una vez por todas a Moctezuma y los Señores mexicah de convertirse a la religión católica, la “única y verdadera” como Cortés aseguraba. Tras horas ininterrumpidas de encierro, Cortés hizo lo mejor que pudo para dar una ardua exposición de su religión, valiéndose de la invocación de los misterios de la “Trinidad” (de tres dioses Primordiales y no de Uno solo como era la visión mexicah), del concepto de la “Encarnación” (de la posesión de cuerpos) y de la “Redención del alma” (hacer penitencia, no con labor comunitaria, sino solo rezando dentro de las iglesias), e incluso se remontó al origen del mundo de cuando “Adán y Eva” vivían en el Edén, y de cómo fue “la caída del hombre” a causa haber querido “Conocer del Árbol del Conocimiento, los secretos del funcionamiento del mundo y el cosmos”, lo que desató la ira del dios de los católicos y constituyó (según Cortes) el Pecado Original que originó la ruina del hombre. Pero, cuando Cortés notó que poco a poco, comenzaba a ser tomado por un tonto por los sabios ancianos mexicah ahí presentes («tlamacazqui-tlamatinimeh»), el Capitán hispano subió el nivel de sus palabras y aseguró demencialmente, que todos esos “monumentos monstruosos en piedra” que adornaban el palacio, no eran más que disfraces con los que se encubría Satanás y que el culto a ellos (a su ciencia) sumergiría a Moctezuma y a su gente en la perdición de sus almas (algo que finalmente sí paso, fue el martirio de aquellos hombres sabios, pero no por culpa de un demonio imaginario occidental llamado “Satanás”, sino por culpa de la maldad, la ignorancia y la avaricia de los hombres enfermos de oro que invadieron el Anahuac).

Expulsión de Adán y Eva del Edén

Antes de que Cortés iniciara aquella penosa intervención suya en el Palacio del Consejo, Moctezuma albergaba grandes expectativas de encontrarse en aquellas palabras que le dirigiría su huésped, el descubrimiento de una gran religión o por lo menos, una espiritualidad compatible con la que ya profesaba la Triple Alianza, pero tristemente nada de eso sucedió, al contrario, se dice que el tlahtoani terminó decepcionado de los hispanos y su religión; no obstante, fiel a su condición de gran gobernante y hombre prudente al hablar (“Nehmatcatlatoanime”), Moctezuma no se burló de Cortes y pacientemente lo escuchó con atención hasta el final, sin interrumpir una sola vez la arenga fanática del jefe español. Al final de vergonzoso episodio, Moctezuma se levantó serenamente de su asiento (“icpalli”) y con una diplomacia abrumadora, le respondió brevemente a Cortés que “NO DUDABA que el dios de los castellanos fuera un dios bueno”, pero rechazo su ofrecimiento de convertirse al catolicismo, pues le hizo saber “que el Dios de Tenochtitlan TAMBIEN ERA UN DIOS IGUALMENTE BUENO Y SABIO” y antes de hacer retirar a su incomoda visita de la sala, (que se quedó sin palabras) el tlahtoani se acercó al Capitán y le confesó a Cortés que todo lo que había dicho durante aquel extenuante discurso suyo acerca de los preceptos de la “Caridad y la Misericordia” de su religión extranjera, se parecía mucho a lo que en su infancia se le había enseñado a él mismo a través de sus maestros del templo (Calmecac) y que no le hacía falta su explicación.

Semanas después de la ridícula arenga católica en el palacio del Tlahtocan, Moctezuma invitó a Cortés al santuario donde se adoraba a todas las Divinidades y Señores celestes de los mexicah, explicándole que esos “ídolos” que él había confundido con los disfraces del enemigo de su dios (Satanás), “no representaban ningún peligro”, pues no eran dioses hombres como los de Castilla (santos), sino “libros celestiales que contenían todo el saber atesorado por los aztecas desde el origen de su nación, y que describían los momentos propicios para cultivar y recolectar, de la marcha y secretos del tiempo”, pero Cortés indiferente a todo ello, como hombre vulgar de su época que era y que desconocía todo en cuanto a ciencia, le dijo a Moctezuma que “si permitiera que en ese templo se erigiera la Cruz católica y que se colocasen las imágenes de los santos, de la Virgen y de su hijo divino, vería entonces que sus ídolos demoniacos huirían de Tenochtitlan”, a lo que el tlahtoani con visible enfado le contestó al petulante Cortés que “si hubiera podido saber antes que faltaría de ese modo al respeto a sus creencias y conocimientos plasmados en la piedra, no le hubiera permitido llegar hasta su presencia”.

Hasta esos días, Moctezuma habia sido obediente de la tradición hospitalaria de los mexicah para con los embajadores y no se había despegado de su plan trazado para quebrantar la alianza militar entre Cortés y los repudiados enemigos tlaxcaltecas y cempoltecas. El tlahtoani, hasta entonces había sido en extremo afable con los hispanos y gustaba mucho de conversar con los frailes acerca de muy variados temas filosóficos, sobre todo les cuestionaba como era posible que en el catolicismo se venerara a “hombres” (santos) y los equiparan como dioses, sabiendo que los humanos todos, son mortales y carecen de verdadera “Energía creadora”, a diferencia de la religión de Tenochtitlan, donde no se le tenía permitido a nadie, levantar una estatua en honor a una persona y que lo divino solo tenía que ver con la NATURALEZA, las “Fuerzas Cosmicas” y con el gran “Dador de la Vida” (“Ipalnemohuani”) creador de las criaturas, los humanos y el Universo.

 

Se dice incluso, que el tlatoani se daba la oportunidad de jugar a las cartas (baraja española) con los soldados castellanos, sosteniendo partidas donde él gobernante azteca siempre salía victorioso, dando muestra de su magnificencia y gran habilidad mental. Sin embargo, Moctezuma comenzaba a desistir en su actitud diplomática, pues pronto se dio cuenta que nada de provechoso representaría la entrada del Catolicismo para sus templos aztecas, ni nada de lo que pudiera traer Cortes a Tenochtitlan seria de real utilidad, y por ende, el mismo Moctezuma comenzaba a cuestionarse si era un buen propósito, el continuar con el plan de tratar de entablar alguna alianza con el rey de “aquellos bárbaros” para desbaratar la que hasta ahora había logrado con los idolatras talxcaltecas. Lo que terminó de convencer al tlahtoani de que perdía el tiempo intentando encontrar un punto de encuentro con la religión y creencias de Cortes y sus hombres, fueron los constantes arrebatos hostiles de la gentuza que acompañaba a Cortés para con los empleados de los templos y las faltas de respeto mostradas por estos visitantes hacia la cultura y religión de la ciudad tenochca, de a poco, Moctezuma fue desengañándose de que no tenía sentido alguno pactar o esperar algo bueno de aquellos bárbaros incorregibles y ya preparaba en consecuencia, junto a su hermano el “Tlacatecatl” Cuitlahuac, el plan de la inevitable guerra, mismo plan de ataque que el «Huey Tlahtocan» (Gran Consejo) aprobó y que solo quedaba a la espera de la señal de Moctezuma.

Pero días después, Cortes pagaría aquella hospitalidad y buena civilidad mexicah con la artera y cobarde maniobra de secuestrar a traición al tlahtoani, atrincherándose junto con él, en el mismo lugar sede de las conferencias entre españoles y mexicanos (Palacio de Axayacatl). Se dice que en los últimos actos diplomáticos, antes de la desleal respuesta hispana, Moctezuma había mandado a traer a Cortés ante su presencia y le expreso que estaba convencido de que eran obvias e insalvables las diferencias entre su religión tenochca (naturalista) y la de ellos (adoradora de santos), el tlahtoani habló con firmeza y le dejo en claro al Capitán hispano que ya nada se podía hacer y en graves palabras recogidas de las fuentes, le dijo: “No les queda otra salvación que la retirada, volveos al país de donde venís, solo a este precio podéis salvaros”, a lo que Cortés con su característica hipocresía y palabra sin valor, le contestó a Moctezuma que SI ESTABA DE ACUERDO en aceptar ese ofrecimiento suyo de volver pacíficamente a su país (Castilla), pero a cambio de que se les garantizara poder salir con vida del Anahuac y para ello necesitaba de navíos para lograrlo existosamente, pues Cortes explico a Moctezuma que había desmantelado sus navíos recién desembarco en las costas de Chalchicueyecan (actual Veracruz) y por ello, solicitó al tlahtoani un poco más de tiempo para que pudieran seguir en Tenochtitlan, mientras se construían las naves y de ese modo, evitar que los tlaxcaltecas y sus (hasta ese entonces) aliados no los mataran al enterarse que con esos barcos nuevos, Cortés y sus soldados extranjeros abandonarían las tierras mexicanas. Como es sabido, Cortés no respeto su palabra y tan solo se trató de un cobarde engaño para ganar tiempo y así, poder fraguar la traición al último gesto de MISERICORDIA de parte del sabio y prudente Moctezuma, quien se apiadó del desventurado Cortes, quien quedaría a merced de los sanguinarios tlaxcaltecas si lo echaba de Tenochtitlan antes de contar con sus barcos, para lo cual, el tlahtoani se dispuso a acelerar las cosas y le ofreció a Cortés los materiales y trabajadores necesarios para poder construir sus navíos, pidiéndole a cambio que una vez que retornara a Castilla, le comunicara a su rey «Carlos V» todos los buenos tratos que recibió de parte de los mexicanos, como muestra de fraternidad y “buena voluntad” hacia los enviados del poderoso señor asentado allá en el “Viejo Mundo”.

Motecuhzoma Xocoyotzin

Fue así, como el piadoso Moctezuma basado en los principios de CARIDAD y MISERICORDIA (mismos preceptos que tanto pregonó Cortés como los ejes morales de su religión católica durante la arenga suya de los pasados días en el Templo del Consejo), permitió que el Capitán hispano y sus hombres pudieran seguir alojados en el «Palacio de Axayacatl» por mas tiempo y mientras duraran los trabajos de construcción de sus naves, para así evitarles la pena de estar a merced de la furia los vengativos tlaxcaltecas, que muy seguramente, estarían encolerizados al enterarse de su deserción. Fue entonces, que al día siguiente de aquel acuerdo HUMANITARIO, el execrable y farsante Cortés pidió se le permitiera hablar por ultima ocasión en persona con el ocupado Moctezuma, pero esta vez quería que fuera de forma privada en el mismo palacio que le servia de resguardo, y fue ahí cuando el invasor de la «Blanca Ciudad» perpetró la bajeza de capturar a su gran gobernante, poniendo así, el último clavo al ataúd de la malograda fraternidad «entre reinos» que Moctezuma, el verdaderamente “hombre agradable a los ojos de Dios”, había querido para los mexicah y los hispanos.

Finalmente, es de destacar que no solo Moctezuma, sino que en general los habitantes y guerreros de Tenochtitlan, se escandalizaron y desconcertaron de ver como aquellos invasores extranjeros, cargaban banderas y objetos sagrados con los “rostros afligidos” de hombres y mujeres a los que aquellos visitantes católicos TOMABAN POR DIOSES (las vírgenes y los santos). Sin duda, la presencia de los católicos en Tenochtitlan provocó conmoción en las mentes de sus ciudadanos, pues aquella desconocida religión que profesaban esos extraños hombres “venidos del otro lado del mar”, a los ojos de la cosmocracia y religión tenochca era una verdadera ofensa a la Creación.

Fue por esa misma razón, que los mexicah al enterarse que la religión de los hispanos, consistía en considerar “dioses a los hombres” y colocarlos en el trono que solo le correspondía a las “Fuezas Cosmicas” y a los “Señores celestes”, fue que se les comenzó a nombrar con el apelativo de “teules”, que no significa “hombres-dios” como ha pretendido confundir la visión eurocentrista de la Historia, sino que el termino nahua “teule” es el apodo peyorativo que los tenochcas depararon para los católicos y que significaba: “demonio u hombre que se hace pasar por un dios”.

 

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“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”

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Texto original:

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Introducción a los Virreinatos Españoles en las Américas

Juan Baptista Cuiris, imagen de Cristo hecha con plumas, c. 1590-1600, 25,4 x 18,2 cm (Kunsthistorisches Museum, Viena)
«En 1492, Colón navegó en el océano azul». Estas líneas de apertura de un poema son cantadas con frecuencia por los escolares de los Estados Unidos para celebrar el aterrizaje accidental de Colón en la isla caribeña de La Española, mientras buscaba un pasaje a la India. Su viaje marcó un momento importante tanto para Europa como para América: expandió el mundo conocido a ambos lados del Océano Atlántico y marcó el comienzo de una era de grandes transformaciones en las culturas y las vidas de las personas en todo el mundo.
Cuando la Corona española (la monarquía) se enteró de la promesa de riqueza ofrecida por vastos continentes que anteriormente habían sido desconocidos por los europeos, enviaron fuerzas para colonizar la tierra, convertir a las poblaciones indígenas y extraer recursos de su territorio recientemente reclamado. Estos nuevos territorios españoles se conocieron oficialmente como virreinatos, o tierras gobernadas por virreyes que fueron segundos y sustitutos del rey español.

Girolamo Ruscelli, «Nveva Hispania tabvla nova», mapa grabado de Nueva España, 1599, 19 x 25 cm ( Colección de mapas históricos David Rumsey). Tenga en cuenta que en su apogeo, el Virreinato de Nueva España también incluía América Central, partes de las Indias Occidentales, el suroeste y el centro de Estados Unidos, Florida y Filipinas.

El virreinato de la nueva españa

Menos de una década después de que el conquistador (conquistador) español Hernán Cortés y sus hombres y aliados indígenas derrotaran a los mexicas (aztecas) en su capital, Tenochtitlán, en 1521, se creó oficialmente el primer virreinato, Nueva España. Tenochtitlan fue arrasada y luego reconstruida como Ciudad de México, la capital del virreinato. En su apogeo, el virreinato de Nueva España consistió en México, gran parte de América Central, partes de las Indias Occidentales, el suroeste y centro de Estados Unidos, Florida y Filipinas. El comercio del Galeón de Manila conectó las Filipinas con México, trayendo productos como pantallas plegables, textiles, materias primas y cerámica de toda Asia al continente americano. También fluyeron bienes entre el virreinato y España. El cosmopolitismo del México colonial estaba directamente relacionado con su posición central dentro de esta red de bienes y recursos, así como con su población multiétnica. UNAEl biombo , o pantalla plegable, en el Museo de Brooklyn da fe de esta red global, con influencias de las pantallas japonesas, las tradiciones mesoamericanas de trabajo de concha y las impresiones y tapices europeos. La independencia mexicana de España se ganó en 1821.

Pantalla plegable con el asedio de Belgrado (frente) y la escena de caza (reverso), c. 1697-1701, México, óleo sobre madera, con incrustaciones de nácar, 229.9 x 275.8 cm (Museo de Brooklyn)

El virreinato del peru

El Virreinato del Perú se fundó después de la derrota de Francisco Pizarro de los Inka en 1534. Inspirado por el viaje de Cortés y la conquista de México, Pizarro se dirigió al sur y al interior, impulsado por la posibilidad de encontrar oro y otras riquezas. Los conflictos internos estaban desestabilizando el imperio Inka en ese momento, y estas divisiones políticas ayudaron a Pizarro en su derrocamiento. Si bien el virreinato abarcó el Perú moderno, también incluyó gran parte del resto de Sudamérica (aunque los portugueses obtuvieron el control de lo que hoy es Brasil). En lugar de construir sobre la capital inca de Cusco, los españoles decidieron crear una nueva capital para Perú: Lima, que aún hoy es la capital del país.

Tierras gobernadas por el virreinato del Perú, c. 1650
En el siglo dieciocho, una creciente población, entre otros factores, llevó a los españoles a dividir el virreinato del Perú para poder gobernarlo de manera más efectiva. Este movimiento dio lugar a dos nuevos virreinatos: Nueva Granada y Río de la Plata. Al igual que en la Nueva España, los movimientos de independencia comenzaron aquí a principios del siglo XIX, y Perú logró la soberanía en 1820.

Catecismo pictórico otomí (libro de oraciones pictórico), 1775-1825, México, acuarela sobre papel, 8 x 6 cm ( Biblioteca de la Universidad de Princeton )

La evangelización en las Américas españolas.

Poco después de las conquistas militares y políticas de los mexicas (aztecas) e Inka, los misioneros europeos comenzaron a llegar a las Américas para comenzar las conquistas espirituales de los pueblos indígenas. En Nueva España, la orden de los franciscanos (una orden de frailes mendicantes, o monjes que hacen un juramento de pobreza) llegó primero (en 1523 y 1524), estableciendo centros de conversión y escuelas para jóvenes indígenas en las áreas que rodean la Ciudad de México. Fueron seguidos por los dominicanos y los agustinos, y por los jesuitas a finales del siglo xvi. Al igual que los franciscanos, los dominicanos y los agustinos son órdenes mendicantes (lo que significa que sus miembros hacen un juramento de pobreza). En Perú, los dominicos y los jesuitas llegaron temprano durante la evangelización.

Convento San Agustín de Acolman, mediados del siglo XVI.
La difusión del cristianismo estimuló una campaña de construcción religiosa masiva en las Américas españolas. Un tipo importante de estructura religiosa fue el convento . Los conventos eran complejos grandes que típicamente incluían viviendas para frailes, un gran atrio al aire libre donde se realizaban conversiones en masa, y una iglesia de una sola nave (una nave es el pasillo central de una iglesia). En este período temprano, la carencia De un lenguaje compartido, a menudo se dificultaba la comunicación entre el clero y la gente, por lo que las obras de arte desempeñaban un papel crucial para hacer llegar el mensaje a los posibles conversos. Ciertas imágenes y objetos (incluyendo altares portátiles, cruces auriculares)Los frescos, los catecismos ilustrados o los libros de instrucción religiosa, los libros de oraciones y la escultura procesional fueron creados específicamente para enseñar a los nuevos cristianos indígenas las narraciones bíblicas.

Deidades aztecas, Bernardino de Sahagún y colaboradores, Historia General de las Cosas de la Nueva España, también llamado Códice Florentino, vol. 1, 1575-1577, acuarela, papel, vitela contemporánea encuadernación española, abierta (aprox.): 32 x 43 cm, cerrada (aprox.): 32 x 22 x 5 cm (Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, Italia)
Esta explosión de material visual creó una necesidad de artistas. En el siglo XVI, la gran mayoría de los artistas y trabajadores eran indígenas, aunque a menudo no tenemos los nombres específicos de quienes crearon estas obras. En algunos de los conventos, los misioneros establecieron escuelas para capacitar a niños indígenas en las convenciones artísticas europeas. Una de las escuelas más famosas fue en el convento de Santa Cruz en Tlatelolco en la Ciudad de México, donde el fraile franciscano Bernardino de Sahagún, en colaboración con artistas indígenas, creó el texto enciclopédico conocido hoy como el Códice Florentino .

Iglesia de Santo Domingo y Qorikancha, Cusco, Perú (foto: Håkan Svensson , CC BY-SA 3.0)

Estrategias de dominación en el período colonial temprano

Las iglesias españolas a menudo se construían sobre templos y santuarios indígenas, a veces reutilizando piedras para la nueva estructura. Un ejemplo bien conocido es la Iglesia de Santo Domingo en Cusco, construida sobre el Inka Qorikancha (o Golden Enclosure). Todavía puedes ver las paredes del Qorikancha debajo de la iglesia.

Gran mezquita de Córdoba, Córdoba, España, iniciada en 786, catedral agregada siglo XVI (foto: Toni Castillo Quero .jpg), CC BY-SA 2.0)
Esta práctica de construir sobre estructuras anteriores y reutilizar materiales marcó el dominio y poder español. Ya había sido una estrategia utilizada por los españoles durante la Reconquista, o reconquista, de la Península Ibérica (española) de sus anteriores gobernantes musulmanes. En el sur de España, por ejemplo, una iglesia fue construida directamente dentro de la Gran Mezquita de Córdoba durante este período. La reconquista terminó el mismo año en que Colón desembarcó en las Américas, por lo que estaba en la mente de los españoles cuando reclamaban las tierras, los recursos y los pueblos allí. Algunos autores del siglo XVI incluso se refirieron a las estructuras religiosas mesoamericanas como mezquitas, revelando la omnipresencia de la actitud de Reconquista Eurocéntrica que trajeron consigo.
A lo largo del siglo XVI, las terribles epidemias y las crueles prácticas laborales del sistema de encomienda (trabajo forzado español) causaron víctimas en masa que devastaron a las poblaciones indígenas en toda América. Las encomiendas establecidas en estos territorios pusieron a los pueblos indígenas bajo la autoridad de los españoles. Si bien el objetivo del sistema era que los señores españoles educaran y protegieran a los que se les confiaban, en realidad se trataba de una forma de esclavitud más cercana. Millones de personas murieron, y con estas pérdidas ciertas tradiciones fueron erradicadas o alteradas significativamente.

Gente de Tenochtitlán que sufre de cocoliztli (viruela), detalle de Bernardino de Sahagún y colaboradores, Historia General de las Cosas de Nueva España, también llamado el Códice Florentino , 1575-1577, Libro 12, pág. 54 (Biblioteca Medicea Laurenziana, Florencia, Italia)
Sin embargo, este período de tiempo caótico también fue testigo de un increíble florecimiento de la producción artística y arquitectónica que demuestra los cambios sísmicos y las negociaciones culturales que estaban en marcha en las Américas. A pesar de ser reducidos en número, muchos pueblos indígenas adaptaron y transformaron los vocabularios visuales europeos para satisfacer sus propias necesidades y ayudarles a navegar el nuevo orden social. En Nueva España y los Andes, tenemos muchos documentos sobrevivientes, lienzos (un manuscrito indígena hecho en tela tejida) y otras ilustraciones que revelan cómo los grupos indígenas intentaron reclamar las tierras tomadas de ellos o registrar genealogías históricas para demostrar su propia herencia de élite. .

Página de título de Felipe Guaman Poma de Ayala, La primera nueva crónica y el buen gobierno, c. 1615 (La Biblioteca Real Danesa, Copenhague)
Un ejemplo famoso es una carta de 1200 páginas al rey de España escrita por Felipe Guaman Poma de Ayala , un indígena andino cuyo objetivo era registrar los abusos que la población indígena sufrió a manos de la administración colonial española. Guaman Poma también aprovechó la oportunidad para resaltar su propia genealogía y las pretensiones de nobleza.

San Juan Evangelista, siglo XVI, trabajo con plumas (Museo Nacional de Arte, Ciudad de México)

Hablando de arte virreinal

¿Cómo hablamos más específicamente del arte virreinal? ¿Qué términos utilizamos para describir este complejo período de tiempo y región geográfica? Los académicos han usado una variedad de etiquetas para describir el arte y la arquitectura de los virreinatos españoles, algunos de los cuales son problemáticos porque posicionan al arte europeo como superior o mejor y al arte virreinal como derivado e inferior.
Algunos términos comunes que usted puede ver son «colonial», «virreegal», «híbrido» o «tequitqui». «Colonial» se refiere a las colonias españolas, y a menudo se usa de manera intercambiable con «virreegal». Sin embargo, algunos estudiosos prefieren la Término “colonial” porque destaca el proceso de colonización y ocupación de las partes de las Américas por parte de una potencia extranjera. «Híbrido» y «tequitqui» son dos de los muchos términos que se usan para describir obras de arte que muestran la mezcla o yuxtaposición de estilos, temas o motivos indígenas y europeos. Sin embargo, estos términos también son inadecuados hasta cierto punto porque asumen que la hibridez es siempre visible y que los estilos europeos e indígenas son siempre «puros».
La aplicación de términos utilizados para caracterizar el arte europeo moderno temprano (Renacimiento, Barroco o Neoclásico, por ejemplo) puede ser igualmente problemática. Una iglesia colonial latinoamericana o una pintura pueden mostrar varios estilos, con un resultado diferente al que podemos ver en España, Italia o Francia. Una pluma mexicana , por ejemplo, podría tomar prestado su tema de un estampado flamenco y un sombreado y modelado de pantalla consistente con la pintura clásica del Renacimiento, pero está hecha de plumas, ¿cómo clasificamos una obra de arte de este tipo?
Es importante que no veamos el arte colonial español como una ruptura total con las tradiciones del pasado prehispánico, como no original o como falta de grandes artistas. Los ensayos y videos que se encuentran aquí revelan la innovación, la adaptación y la negociación de tradiciones de todo el mundo, y hablan de la naturaleza dinámica de las Américas en el período moderno temprano.

La guerra no terminó en el año 1521…

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Es mentira que el Virreinato de la “Nueva España” haya sido una etapa «pacífica», de «reconciliación entre pueblos» y que gozara de una «notable estabilidad social», tal y como argumenta a su conveniencia la «eurocentrista» versión de la Historia. Al contrario, los 300 años que sucedieron a la caída de Tenochtitlan, la antigua capital de los antiguos mexicanos («mexicah»), fue un período violentísimo y de profundo encono social, marcado por decenas de sublevaciones indígenas encabezadas por nuevos (e injustamente poco homenajeados) héroes del Anahuac, quienes no dieron un solo día de tregua a lo largo y ancho de todo el territorio mesoamericano recién invadido y colonizado por los europeos de la Corona católica.

Es decir, después de la dura derrota de los mexicah y sus aliados en 1521, la resistencia de Anahuac CONTINUÓ DURANTE TRES SIGLOS más, manteniéndose incesante y férrea, hasta que se logró un respiro (aunque no definitivo) con la ansiada expulsión de la corona española (mas no la corona vaticana) en el Siglo XIX con la llegada de la «Independencia». Con esto, queda desmentida la falsa creencia popular de que “la Colonia se caracterizó por una sumisión total de los pueblos anahuacas (indígenas) hacia sus opresores» y que supuestamente, se vivió durante ese larguísimo tiempo, un ambiente generalizado de «paz y tranquilidad” que se rompió solo con el grito de Hidalgo en la noche del 15 de septiembre de 1810.

Existe el recuento histórico, de al menos 50 REBELIONES ARMADAS en contra del invasor español durante la oscura etapa virreinal que no fue otra cosa que la ocupación extranjera del México Antiguo. A continuación, hacemos una lista extensa, pero no definitiva, de los estallidos bélicos registrados durante la Colonia, que por otro lado, dan muestra del espíritu inquebrantable y el heroísmo inocultable que caracterizó a nuestros “Viejos Abuelos” y a su descendencia. Aquí el listado:

/// Conflictos armados y sublevaciones indígenas después de 1521.

1523 a 1531. Fuertes enfrentamientos en la región del Panuco, ofensivas militares de los mixes y zapotecas en Oaxaca, y de los chamulas en Chiapas.

1528. Batallas en “Nueva Galicia” (Jalisco, Michoacán), se alzan los purépechas dirigidos por su tlatoani Caltzontzin.

1531. Los pocos sobrevivientes mexicas respaldados por Tecuixpo (Isabel), hija de Motecuhzoma Xocoyotzin, organizan un insurrección que cimbró todo el centro del país.

1538. En la “Villa de San Jerónimo de los Corazones” (Sinaloa) y toda la región del Norte en la franja del Pacifico encabezada por el gran líder Ayopín.

1540. Los pueblos cazcanes en “Nueva Galicia” bajo el mando de Tenamaxtla.

1541. Emboscada planeada por los últimos “tlacateccatl” mexica y respaldada por los cazcanes, que terminó poniendo fin a la vida del sanguinario capitán español Pedro de Alvarado. En el mismo año se rebelaron en masa Acatic, Nochistlan, Mixtan y Teocaltiche (Esta guerra exigió la desesperada intervención del Virrey Antonio de Mendoza, y la lucha decisiva tuvo lugar en Nochistlan donde cerca de 60 mil anahuacas lucharon hasta la muerte, prefiriendo arrojarse a los precipicios que rendirse).

1561. Se rebelan los zacatecos y huachichiles (Zacatecas y San Luis Potosi).

1570. Sublevación de los cuachiles (Zacatecas).

1571. Sublevación de los chichimecas en Saltillo.

1590-1601. Sublevación de los acaxees en toda la zona de Durango.

1600. Se levantan los guasaves en Sinaloa.

1602-1609. Masiva insurrección de esclavos negros, comandados por el heróico Yanga en Orizaba.

1609. Rebelión de los pueblos yaquis, dirigidos por “Lautero” y “Babilonio”.

1610. Rebelión de los zuaques, tehuecos y ocoronis; también de los yaquimis y los nativos de Tekak en Yucatán, y los xiximes en “Nueva Vizcaya”.

1612. Se alzan los pimas en Sonora y de nueva cuenta los guasaves en Sinaloa.

1613. Nueva rebelión de esclavos negros en la capital de la “Nueva España”, las 33 cabezas de sus líderes rebeldes fueron mandadas a colocar en la Plaza Mayor del centro de la ciudad.

1616-1618. Sublevación de los tepehuanes en la Huasteca.

1621. Rebelión de los pueblos tobosos, los conexes, ococlomes, cocoyames (Mapimí y Parral).

1624. Tumultos y disturbios en la Capital de la “Nueva España”, encabezados por “las castas inferiores” como despectivamente eran llamados por el invasor las poblaciones no originales de Europa.

1625-1532. Levantamiento del líder guasave Tzoo en Sinaloa.

1639. Sublevación de los nativos de Bakalal en Yucatán.

1644. Nueva sublevación en Sonora, ahora por los pueblos mametes, julemes, conchos y colorados.

1650-1653. Años de la gran rebelión tarahumara, acaudillados por el héroe Teporoca.

1659. Conspiración contra el Virrey por parte del migrante y poeta irlandés Guillen Lampart, grandemente apoyado por la población mestiza y esclava de la Colonia.

1660. Se alzan los pueblos oaxaqueños en Tehuantepec, logrando juntar 10mil soldados nativos (se narra que en la batalla del 22 de marzo de ese año, tomaron la bandera de España que colgaba en la Casa de Armas de la ciudad y la ARRASTRARON POR EL LODO).

1662. Nuevo levantamiento tarahumara.

1665. Nuevo levantamiento del Norte con los pueblos conchos, sobas y pimas.

1681. Rebelión en Oaxaca, engrosada por los sectores empobrecidos de la ciudad capital.

1680-1692. Guerra contra la Corona española de los nativos en el hoy estado de “Nuevo México”.

1692. El 6 de junio se desencadenó la violenta toma de las calles por 10 mil sublevados en la capital de la “Nueva España” creándose un gran tumulto y saqueo, luego de que sucediera a plena luz del día en la Plaza Mayor, el inmisericorde asesinato a golpes de una mujer nativa por parte de unos alguaciles españoles.

(Nota: La colosal turba llevo el desfigurado cadáver de la mujer hasta el Palacio del Arzobispado, mientras gritaban “¡Muerte a los españoles y a los acaparadores, al virrey, al corregidor y al mal gobierno!”. Esa noche hubo centenares de muertos. Los alzados no solo eran nativos, sino también había negros, mulatos, mestizos y criollos. Muchos edificios de gobierno fueron quemados, y en los muros calcinados del palacio del virrey al día siguiente apareció escrita la siguiente leyenda: “ESTE CORRAL SE ALQUILA PARA GALLOS DE ESTA TIERRA Y GALLINAS DE CASTILLA”).

1695. Sublevación de los pueblos de Tuxtla en Chiapas.

1696. Nueva insurrección tarahumara abarcando todo Sonora.

1701. Sublevación de los nativos del “reino de Nuevo León”. Mismo año estalla la rebelión en Taretan en Michoacán.

1706. Alzamientos armados de nativos en Acaponeta, Nayarit.

1712. Los tzendales se sublevan en Chiapas.

1709-1720. Múltiples rebeliones hicieron arder toda la Región Norte del país.

1724. Nuevos levantamientos de pueblos nativos en Nayarit.

1733. Insurrección de los nativos en Baja California (los llamados “indios de las misiones”).

1734-1735. En el centro del país, el otomí Nicolás Martin encabezó una rebelión campesina.

1735. Nueva rebelión de negros, ahora en Córdoba, Veracruz.

1737. Insurrección de los yaquis y los mayos.

1740. Ataques perpetrados contra el presidio de Sinaloa.

(… y la lista continua)

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Rebelión tras rebelión, así transcurrieron los tres siglos de la Colonia de la «Nueva España» (1535-1821), la tiránica ocupación romana-europea en el Anahuac.

Es un hecho constatado que NUNCA HA FALTADO VALENTÍA, ni espíritu de lucha en estas tierras mexicanas, y para evitar que toda esta rebeldía se unificara en un solo movimiento, los españoles utilizaron el racismo y la implantación del inmoral y retrograda «Sistema de Castas» como una forma de garantizar su dominación, pues impedían que los “indígenas” vivieran en los mismos pueblos con otros grupos sociales como los criollos, mestizos acomodados y los propios «peninsulares» (españoles), en algunos casos ni siquiera tenían permitido vivir junto a los mestizos y mulatos o los mismos negros para evitar que pactaran algún tipo de alianza con estas otras clases sociales oprimidas. El ostracismo y la miseria fue todo lo que los «indios derrotados» obtuvieron de la Colonia, solo a aquellos descendientes de los nativos que se aliaron a los hispanos en la guerra de invasión a la capital Tenochtitlan, como los tlaxcaltecas, obtuvieron «ciertas concesiones y dádivas» durante el virreinato, pero en realidad, nunca fueron considerados para ocupar puestos de gobierno clave y mucho menos fueron tomados por la Corona en España como ciudadanos de «primera categoría», tan es así que durante los 300 años que duro la Colonia, de entre los 61 virreyes que sucedieron en la gobernación de la «Nueva España», NINGUNO DE ELLOS FUE INDÍGENA. En definitiva, los descendientes de los grupos étnicos nativos de Anahuac, fueron segregados de los grandes negocios, de la política y de las  ciudades principales de la «Nueva España». Sin embargo, aquellas viejas medidas racistas dignas de un “apartheid” moderno, no son de extrañar en lo más mínimo, pues cabe recordar que durante las primeras décadas de la Colonia, después de la invasión y destrucción de la «Confederación Mexica», los anahuacas fueron considerados por los europeos como “seres irracionales y no humanos del todo”, y fue hasta que a mediados del siglo XVI (luego de la famosa y polémica Junta de Valladolid), que el Papa Paulo III decidió que los «indios del Nuevo Mundo» si tenían alma y si podían ser considerados como humanos (¡que generosidad!).

En conclusión, en contrarreplica a todas aquellas irreflexivas voces que se jactan (ignorantemente) en afirmar “que los mexicanos de hoy no somos capaces de superar la Conquista”, la respuesta apropiada para esas afrentas desbordadas de cerrazón, es que los MEXICANOS ORGULLOSOS DE SU ORIGEN ANCESTRAL, nos hemos desprendido de esas etiquetas («mestizo», «hispanoamericano», etc) que el «invasor colonialista» insertó en nuestras mentes para perpetuar «a distancia» su dominación ideológica y muy en cambio, retomamos nuestro único titulo que es el de «Mexicanos» y proclamamos con tesón y toda dignidad que:

“No es que los mexicanos no superemos la Conquista, LO QUE PASA ES QUE NUNCA HEMOS DEJADO DE LUCHAR… ¡la Batalla de 1521 nunca terminó!…”

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Por: Tecuhzoma Teutlahua

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«A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana»

Hernán Cortés: el inventor del «México Corrupto»

 

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24 de Marzo de 2019… Un minuto de silencio a 500 años del Inicio de la Invasión.

“…Corrupción, tráfico de influencias, nepotismo, impunidad, desvió y malversación de recursos públicos, abuso de poder, presos y desaparecidos políticos, ejecuciones extrajudiciales, tortura y terrorismo de Estado, practicas monopólicas, sobornos, compra de votos, acaparamiento de recursos, saqueo a los pueblos, enriquecimiento ilícito, negligencia, fraude y demagogia…”

Todos y cada uno de estos nefastos delitos contra la nación, los mexicanos de hoy, no solo los hemos escuchado como calificativos recurrentes en nuestras platicas cotidianas, sino que los padecemos en carne propia, pues tristemente describen con atino la inmediata realidad política y social de nuestro país… pero, a pesar de que estos CRÍMENES se han vuelto cosa de todos los días, y hasta cosa normal y tolerada por muchos mexicanos, cabe preguntarse: ¿desde cuándo las cosas empezaron a ser así?, ¿en qué momento de la historia nuestra gran nación Mexicana se sumió en esta espiral de corrupción y malos gobiernos desleales?, o acaso, ¿es que no hay un inicio y lo que sucede, es que siempre hemos sido un pueblo generador de gobernantes y ciudadanos corruptos, como si de una marca indeleble en nuestros genes se tratara?, la respuesta verdadera a estas preguntas, aunque insospechada para muchos, es también totalmente explicable y clara, y es que esta gran nación nuestra comenzó su trayectoria de gobiernos corruptos y autoritarios no hace 30 años, ni hace 90, ni siquiera hace 200 años, esta descomposición social y moral del pueblo de México reflejada en sus líderes comenzó hace 500 años, a partir de la oscura jornada del 13 de agosto de 1521, el día en que el gobierno civilizador, recto y ético de los “Huey Tlahtoani” mexicanos, fue abrupta y violentamente sustituido por el gobierno invasor del europeo Hernán Cortés, el lóbrego personaje que irrumpió en nuestra historia antigua en el año 1519 y que inauguro al MÉXICO CORRUPTO que hoy nos duele y que luego de transcurridos exactamente 5 siglos, hoy 2019, aún no vemos sanar (pero sabemos que sanara).

No obstante, esta afirmación de que Hernán Cortes y su régimen usurpador fue el punto de partida de la detestada corrupción en nuestra nación mexicana, no es una exageración sensacionalista, ni mucho menos una incendiaria acusación sin fundamento, al contrario, es una aseveración totalmente lícita,además de ser una verdad histórica y un hecho totalmente comprobable, pues antes de la Invasión al México Antiguo y a su gran capital Tenochtitlan fundada en el año 1325 (hace 700 años), ya entonces habitada por “mexicanos” (pues “mexicah” en náhuatl significa mexicanos), en estas tierras del Anahuac florecía y prosperaba uno de los gobiernos más avanzados del mundo, uno donde se practicaba una elevada Ética y donde no había cabida para la corrupción a ningún nivel de la sociedad, y donde no existía la impunidad. En pocas palabras, antes de la llegada de los europeos y el establecimiento de la Colonia, en México se gozaba de una plena justicia social y legal, y los criminales que hubo, eran castigados inexorablemente y sin distinción de clases al momento de aplicar la ley. Ricos y empobrecidos, gobernantes y gobernados, nadie se librara de la justicia en aquel tiempo.

Sabemos en base a las fuentes históricas escritas y orales, que tanto en la capital del México Antiguo, por aquel entonces llamada Tenochtitlan, y a lo largo de los dominios mexicanos en el vasto territorio de Anahuac, los gobernantes eran elegidos mediante ELECCIONES LIBRES emanadas de un Consejo de Sabios (“Tlahtocan”) conformado por integrantes de buena reputación y de vida respetable, quienes a su vez eran elegidos popularmente y provenían de las diversas cabeceras, pueblos y barrios (“Calpulli”)que conformaban a la Nación Mexica. Por lo anterior, es totalmente correcto afirmar que en el México Antiguo el poder y los cargos públicos NO SE HEREDABAN, puesto que a diferencia de Europa y el resto del Mundo, en el Anahuac no existía un “reino absolutista” que se tenía que heredar a los “hijos de un rey”, ni se practicaba el Nepotismo en ninguna modalidad, ni mucho menos había un concepto de “Dinastía perpetua”, sino que aquí, en nuestros suelos mexicanos se inventó el avanzado concepto de “CONFEDERACIÓN DE NACIONES”, un modelo de gobierno inédito hasta entonces en la historia humana conocida, y que consistía en la Unión política-económica-militar de distintas Federaciones (“Icniuhyotl”) y Ciudades-Estado (los llamados “Altepetl”) para asi formar una Confederación, donde cada pueblo integrante conservaba su soberanía, costumbres propias y libertad interna, pero al mismo tiempo aceptaban por los beneficios que esto suponía, en estar adheridos legal y legítimamente a un Gobierno Central (“Triple Alianza”) que dictaba las leyes en lo general y que proponía los políticas de desarrollo desde un Consejo Rector (“Tlatocanecentlaliliztli”) que era INCLUYENTE y de libre elección al momento de conformar a sus miembros, y justamente ese Gobierno central de nuestro original “modelo jurídico anahuaca” tenía por sede (“Icpalli”) a la capital de Tenochtitlan, desde donde el “Alto Consejo Mexica” y su máximo representante el “Huey Tlahtoani” y su administrador interno “Cihuacoatl”, dirigían con justicia y apego a las leyes, los destinos de millones de antiguos mexicanos.

En total, nuestro país México antes de 1521, tenía dentro de su Confederación adscritas a 38 Federaciones o “Icniuhyotl” y aunque no gozaba de la extensión territorial actual, se sabe con certeza que los antiguos dominios mexicanos abarcaban por aquellos días, desde los actuales estados de Hidalgo y Jalisco por el norte, hasta Chiapas y Honduras al sur.  Este modelo de gobierno ancestral de Anahuac, dicho sea de paso, el mundo actual lo ha copiado e implementado gozando sus notables beneficios, aunque sin reconocerle el mérito a sus inventores mexicanos, y el caso más claro es la llamada “UNIÓN EUROPEA (U.E.)” que es una Confederación de Naciones con sede en la capital Bruselas, aunque también tenemos el ejemplo de la Unión Euroasiática, de la famosa Liga Árabe o la misma “ONU”.

Por otro lado, también está sustentado en las fuentes históricas, que en la época de Tenochtitlan los comerciantes (“pochtecas”) y personas ricas ligadas a grandes negocios lucrativos TENÍAN PROHIBIDO ejercer cargos públicos, pues se tenía la certeza de que un gobernante que al mismo tiempo tuviera intereses económicos familiares ligados a su condición de mercader (hoy “empresario”), tarde o temprano cometería actos de corrupción motivados por su conflicto de interés y terminaría emitiendo alevosamente, leyes y reformas que beneficiaran sus negocios personales, para así lograr enriquecerse indebidamente al amparo de la ley. Se sabe, que el propio “Huey Tlahtoani” Motecuhzoma Xocoyotzin justo al llegar al poder en 1502, realizó una “campaña de limpia” desde el interior del gobierno y en contra de los funcionarios que habían logrado puestos públicos ayudados por sus riquezas económicas o privilegios personales y no por MÉRITOS PROPIOS o por buena conducta, para cual alejo de sus cargos a todos aquellos funcionarios que estaban haciendo negocios desde el gobierno y los sustituyó por hombres ejemplares, desinteresados, rectos y aptos para el puesto. Para ello, Motecuhzoma (o Moctezuma el Joven) solicito al “Cihuacoatl” que convocara a elecciones en los 4 grandes Sectores o “Calpulli” que componían la capital Tenochtitlan (siendo ellos Moyotlan, Teopan, Atzacualco y Cuepopan), para que eligieran y nombraran nuevos funcionarios en base a su educación, méritos militares o cívicos, tradiciones y valores familiares; fue así, mediante una purga y guerra contra la corrupción, como quedó instaurada la que sería la ideología política mexica dominante hasta la llegada de los hispanos y que fue llamada “Pilticayotl” o “el predominio de los muy dignos”; por tanto, a nadie debe sorprender que entre los Primeros Mexicanos lo que existía era una auténtica “Meritocracia”donde hasta el hijo de una humilde sirvienta (de Azcapotzalco) logró convertirse en un gran “Huey Tlahtonai” como lo fue el celebre Itzcoatl, pues el tipo de Contrato social que existía en el México Antiguo garantizaba que el Estado pudiera ofrecer a todos los habitantes las mismas oportunidades de educación formativa y progreso personal desde el nacimiento, algo que NINGUNA OTRA CIVILIZACIÓN TUVO y que iba más allá de lo plausible, distando un abismo del actual sistema de “mercadeo electoral” lleno de demagogia y donde el dinero cuenta más que la reputación del propio candidato a elección.

Hasta aquí ha quedado demostrado, que en el México Antiguo no existía el autoritarismo, ni el absolutismo, ni la imposición de gobernantes, pues todo estaba regulado por un Consejo de Gobierno que evitaba que el poder público se heredara de padres a hijos y cierto es, que se practicaba en el Anahuac una mejorada forma de democracia en base al exitoso modelo de Confederación. También ya hemos dicho, que el gobierno azteca era ejercido por hombres y mujeres intachables e incorruptibles que estaban desligados de los poderes económicos, anulando así cualquier posibilidad de tráfico de influencias. Pero, otro ejemplo contundente que confirma que a esta nación mexicana la presidia un gobierno ejemplar y libre de corrupción antes de la Colonia y la llegada de Hernán Cortés, era su adelantado Sistema Penal y Jurídico, pues éste se aplicaba POR IGUAL y con rigor a todo infractor o criminal, sin importar la condición social del mismo, gobernantes y ciudadanos eran iguales ante la “Ley azteca” (recogida en parte en el Códice Mendocino), nadie que cometiera una falta o quebrantara las normas civiles y jurídicas podía quedar impune, ni siquiera los Miembros del Gobierno o sus propios allegados, ni aun los sacerdotes de los templos o los más afamados militares y guerreros, nadie gozaba de “fuero político” o de privilegios especiales, y una buena muestra de ello, fue lo sucedido en los tiempos del sabio Nezahualcoyotl, quien siendo él mismo el “Tlahtoani” de Texcoco, la segunda capital del gobierno central confederado de la “Triple Alianza”, tuvo que acatar y respaldar la sentencia de muerte contra uno de sus hijos, al ser encontrado éste último culpable de los cargos de “adulterio y conspiración” que el Consejo gobernante de Texcoco puso en su contra. Dando gran demostración de su condición de gobernante justo y leal, el mismo Nezahualcoyotl llevó hasta los tribunales a su sentenciado hijo y una vez que éste fue ejecutado de acuerdo a la ley, el “tlahtoani texcocano” no emitió reproche alguno en contra del Consejo o los jueces que condenaron a su hijo y solo se limitó a pedir licencia de ausentarse por un mes, para permanecer encerrado en sus aposentos del palacio y llorar en privado la dolorosa perdida de su hijo, a quien a pesar de poder haber salvado buscando un indulto al hacer usó de sus influencias de gran gobernante, no fue así, pues el honrado Nezahualcoyotl no utilizó para beneficio personal sus facultades y poderes, ni siquiera durante esta prueba personal, pues pese a la angustia de padre que seguramente le carcomía el corazón, fue respetuoso y guardián de la Ley, al no impedir que su propio hijo infractor fuera llevado ante la Justicia.

Podríamos seguir citando ejemplos, que constaten lo muy ordenado, adelantado y limpio que fue el gobierno en los tiempos de los “Tlahtoani”, pero sabemos que bastan por sí mismas estas pruebas aquí expuestas hasta ahora, para ilustrar la magnitud del Estado de legalidad y justicia en la que vivían todos los ciudadanos de la vieja Confederación de Anahuac, que fue la forma de gobierno de la Nación mexicana antes de la Conquista, o mejor dicho, de la Invasión romana-europea. Pero, ya todos conocemos la lamentable historia de cómo terminó esa Maravilla de Sociedad que levantaron nuestros ancestros, pues fue la agresión hispana al cobijo de la corona católica en Roma, quienes destruyeron de tajo siglos de civilidad y buen gobierno en Anahuac, para imponer la rapiña, la corrupción, el saqueo a los pueblos y el yugo monárquico imperialista, que hasta la fecha aunque bajo nuevas caretas (empresas monopólicas y banca extranjera), siguen siendo los mismos flagelos que dañan y no dejan desarrollar su verdadero potencial, ni alcanzar la humanamente posible felicidad que este país exige y merece dada su tremenda importancia mundial e histórica.

Por si fuera poco, existen impresentables libros y ensayos modernos que ensalzan la figura de Hernán Cortes, desde luego, todos ellos escritos por españoles o personas de confesión romana católica, incluso se ha llegado a señalar con desfachatez y poco juicio que Cortes es “el inventor y padre de México”,  cuando eso no es más que una patraña propagandística para lavar la mala imagen del bandolero castellano que a lo sumo sera  justo y generoso llamarle fundador de la “Nueva España”, es decir del “México invadido”, pues México y los mexicanos (“mexicah”) política, legal y culturalmente existen como nación-pueblo desde el año de la fundación de su capital Tenochtitlan en 1325. Lo que sí es un hecho, es que Hernán Cortés “es el inventor del México corrompido”, pues en vida el Capitán hispano fue un hombre que encarnó la corrupción más rampante que se incrustó en nuestro país, no es secreto para sus biógrafos que su persona estaba llena de defectos indecibles, mismos que se magnificaron y tomaron su dimensión más atroz, cuando por “sangre y fuego” invadió a cañonazos  Tenochtitlan, la sede del gobierno de la antigua Confederación Mexicana, para robarle sus riquezas, apoyado por un gentío de indios aliados y enemigos locales que ansiaban cortar las cabezas de los legítimos dirigentes mexicanos, para así junto a Cortés su CAPITÁN, usurpar el poder y sentarse en “las sillas de los gobernantes” de México… a las que nunca hubiesen llegado por merecimiento. No obstante, una vez más, estas afirmaciones no quedan en el aire, tenemos pruebas de que Hernán Cortés fue el PRIMER CORRUPTO impune de este país y de ello ningún adulador lo librará, pues es suyo y a la posteridad, el deshonroso papel de encabezar la deleznable lista de gobernantes corruptos que le sucedieron y quienes con las manos sucias despacharon desde la “silla virreinal y luego la presidencial”, a lo largo de estos 5 siglos de debacle moral en la extinta administración colonial y la supuestamente “administración republicana” del gobierno mexicano del siglo reciente.

Sin embargo, aunque la mayoría de las personas han oído hablar ya de sobra, acerca de las atrocidades y crueldades de la mal llamada “Conquista de México”, pocos saben que en efecto, los propios europeos del siglo XVI reconocieron al momento, los atropellos y corruptelas de Hernán Cortés cometidas contra aquellos a los que se les llamo ignorantemente como “indios” y que no eran otra cosa que los “primeros mexicanos”. Tan es así, que a este criminal llamado Hernán Cortes, la “Historia oficial” miope, vendida y cargada de mentalidad eurocentrista lo intenta disfrazar vanamente de “héroe y evangelizador”, A SABIENDAS de que los mismos libros narran que a Cortés lo destituyeron de su cargo de Gobernador de la ciudad de México por ladrón, impostor y criminal, pues apenas llegaron a oídos de los jueces en Europa estas acusaciones, Cortes fue mandado a enjuiciar y arrestar en su domicilio por órdenes del propio Carlos V, rey y emperador del “Sacro Imperio Germánico Romano” al que obedecía España como reino vasallo.

Fue de ese modo, que tras 90 días de juicio e interrogatorios, Hernán Cortes fue hallado por el jurado y comisión enviada desde Europa por órdenes directas de Su Majestad, como CULPABLE de más de 90 delitosentre los cuales, algunos ameritaban la pena de muerte en la horca o en la hoguera, pero debido a “los notables servicios” que dio Cortés a la corona española (a la cual atiborro de oro a manos llenas) y gracias a sus conocimientos de Leyes (pues Cortés estudió Derecho penal en su juventud), fue la manera en que el Capitán castellano evitó ser ejecutado por esos crímenes que cometió, al entrampar el proceso legal en su contra alargándolo por años, valiéndose de recursos leguleyos, de favores comprados de políticos y una avalancha de solicitudes de prórroga de todo tipo, que maquiavélicamente realizó Cortés para maniatar a la justicia europea. Tras años de estancamiento y prolongación de la sentencia, a manera de “castigo y perdón” los tribunales en América se lavaron las manos y optaron finalmente, por hacer valer que Cortés fuera separado del Gobierno virreinal de la Nueva España DE POR VIDA, sin que realmente se le aplicara justicia por sus crímenes más atroces contra los mexicanos. Este a todas luces, se trató del PRIMER CASO de impunidad y corrupción de México: “el juicio penal en contra de Hernán Cortés”, mismo que los libros de historia han llamado “Juicio de Residencia” y que comenzó en 1526, tan solo 5 años después de la trágica Caída de Tenochtitlan y apenas un año después, de que muriera decapitado tras ser torturado el ultimo “tlahtoani mexica” Cuauhtemoc también por órdenes del ruin invasor Cortés, quien lo tuvo prisionero por 4 años, sin darle juicio ni opción a defenderse, lo que constituyó sin duda, uno más de sus crímenes impronunciables y universales.

Fue un día 4 de julio de 1526, cuando llegó a la ciudad de México el juez Luis Ponce de León, enviado por Su Majestad “Carlos V” para encargarse de investigar y enjuiciar a Hernán Cortés, quien acaba de regresar de su expansionista campaña militar a las Hibueras (Centroamérica). En cuanto arribó a tierras aztecas, Ponce de León presentó sus provisiones y autorizaciones reales e inmediatamente desposeyó a Cortés de su “vara de gobernador” (y bastón de mando) e hizo pregonar al público citadino que se le haría juicio a su gobernante por órdenes del rey. Sin embargo, a los pocos días, el juez Ponce de León EXTRAÑAMENTE cayó enfermo de gravedad y murió el día 20 del mismo mes (se dice que había comido unos quesos “contaminados”), dejando de esa manera aplazado el juicio contra Cortes, hasta que el proceso se reanudó meses después cuando estuvo designado el juez sustituto en la persona de Marcos de Aguilar.

No obstante, una vez más “la buena suerte” (o la mano asesina) se pusó del lado de Cortés, pues éste segundo juez Marcos de Aguilar, murió también a los 6 meses de haber tomado el proceso contra el Capitán castellano, apareciendo muerto en su oficina en marzo de 1527; fue entonces, que dada la coincidente rareza de las muertes de ambos jueces, la Corona resolvió preventivamente que Cortés quedara separado indefinidamente del cargo de Gobernador y también fuera desterrado de la ciudad de México, para que su lugar lo ocupara Alonso de Estrada. Alarmado de que las cosas no iban saliendo como esperaba, Hernán Cortés decidió escapar al año siguiente a España en marzo de 1528, adelantándose a la llegada en diciembre de la primera Audiencia real a la “Nueva España”, presidida por el pesquisidor Nuño de Guzmán, quien tenía toda la firme intención de retomar los juicios truncos contra Cortés, mismos que dejaron apenas iniciados, los “fallecidos” (o asesinados) Ponce de León y Marcos de Aguilar.

Finalmente, luego de dos años de largas pausas y aplazamientos forzados, el juicio se reactivo por tercera vez en enero de 1529 formulándose un ampliado interrogatorio para los testigos presentados para el caso, constando de un cuestionario con 68 preguntas todas relativas a las acusaciones oficiales que pesaban sobre el exgobernador Cortés. En total, se recogieron las declaraciones de no uno, ni cinco, sino de 22 TESTIGOS claves, entre los cuales se encontraban personas muy cercanas a Hernán Cortés, como lo fueron: Bernandino Vázquez de Tapia, Gonzalo Mejía, Cristóbal de Ojeda, Juan de Burgos, Francisco Verdugo, Antonio de Carvajal, Francisco de Orduña, Bernandino de Santa Clara y el traductor que lo acompañara en los años de la guerra contra los mexicanos, el tal Gerónimo de Aguilar. Lo sorprendente y lo que no cuenta la “Historia oficial” es que todos los declarantes dieron pauta a confirmar los cargos criminales que se imputaban a Cortés desde años atrás, pues todos ellos dijeron que el Capitán castellano:

“…tenía oro escondido en navíos y haciendas, que en secreto quería apropiarse de las nuevas tierras y traicionar al rey, que había construido fortalezas para sí mismo, que tenía muchas armas almacenadas en sus múltiples casas, que había violado a muchas mujeres aunque fuesen casadas y madres, que jugaba juegos de cartas y naipes prohibidos por la iglesia, que consentía blasfemias en sus fiestas, que esclavizaba indios por doquier y les marcaba el rostro con hierros calientes, que las cárceles solo estaban llenas de enemistades suyas y no de criminales verdaderos y que era sospechoso de la muerte de una larga lista de opositores políticos suyos…”

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Siendo una de las acusaciones más terribles, la declaración de Juan de Burgos, quien dijo al juez investigador del caso, que Cortés había asesinado a su propia esposa Catalina Xuarez Marcaida, misma acusación que confirmó el otro testigo Antonio de Carvajal y la propia familia de la occisa primera mujer de Cortés. Poco más tarde, ante la gravedad de este hallazgo, al juicio por corrupción contra Hernán Cortés, se le añadió un juicio paralelo por el homicidio de Catalina Xuarez, promovido por la misma familia de la asesinada.

Todas esas pruebas y testimonios incriminatorios contra Cortés fueron sellados y enviados al órgano de gobierno llamado Consejo de Indias (donde aliados indios y españoles de Cortes tenían influencia), aunque dicho órgano autónomo, únicamente las recibió sin ejecutar una sentencia definitiva y sin un fundamento real “congeló” el juicio, aunque éste mismo, por lo escandaloso que resultaba continuaba reavivándose de tiempo en tiempo por las propias presiones ejercidas por los ciudadanos afectados y procuradores involucrados. Fue hasta 1537 (¡8 años después!), que se giró la orden de que Cortés finalmente compareciera ante el Consejo de Indias para proseguir el juicio y así transcurrieron, sin beneficio a los deudos y sin hallar justicia, otros de largos 7 años plagados de alegatos al margen de la Ley, recusaciones y más prorrogas y trampas legales que usó Cortés para empantanar y trabar el juicio de nueva cuenta. Pero, cuando ya había agotado todos sus recursos y artimañas propias de su personalidad embaucadora y faltante de escrúpulos, el plazo se cumplió y la Reina Juana de España, madre de Carlos V, dio un ultimátum al Consejo de Indias en América para que finalizara el caso. Llegado el año 1544, la sentencia en contra de Cortes se antojaba inminente y sabiéndolo así, este criminal escribió una carta “chantajista y desvergonzada” al Consejo  de Indias solicitando que desistieran de emitir sentencia y penas en su contra, argumentado los “muy buenos y notorios servicios” que había dado al imperio español, dicha carta decía:

“… Por todo doy gracias a Dios que quiere pagarse con esto de las muchas ofensas que yo le he hecho. ÉL tenga por bien que sea para esta cuenta pendiente, y así lo creo, porque siendo mis servicios tan notables que jamás los hizo un vasallo a su Rey, y habiéndolos Yo hecho más católicos y MAS poderosos y agradecido de todos los demás reyes, redundar este agradecimiento y paga que se me da no es de creer, sino como el corazón del Rey este en la mano de Dios, que de ÉL mana todo y no permita que se haga conmigo otra cosa mala…”

Y al parecer esa desesperada y sensacionalista solicitud de aquel acusado, totalmente acorralado y puesto contra la pared, “les llego al corazón” y fue bien vista por los cuestionables jueces del Consejo de Indias, pues pese a la oposición de los procuradores de la Audiencia real, una vez más durante los 3 años siguientes (hasta la muerte del Capitán invasor en 1547) quedó suspendido indefinidamente el juicio y las acusaciones probadas contra el criminal Cortés nunca llegaron a ser juzgadas, y de ese modo indignante, Cortes pasó impune por la vida hasta el final de sus días, cuando expiró en su morada de Castilleja de la Cuesta, España.

No obstante, pese a la reprobable actuación de las autoridades de la “Nueva España”, allá en Europa algo de justicia habrá quedado, pues cierto día antes de la muerte del invasor castellano, el emperador Carlos V le dijo al propio Hernán Cortés que pese a no haber sido juzgado por el gobierno en América, Su Majestad lo consideraba un IMPOSTOR y un USURPADOR, recriminándole que “aquella evangelización y pacificación (Conquista de México) no había sido suya”. Aquellas lacónicas palabras del monarca, quien más no pudo o quiso hacer para ajusticiarlo, retratan de cuerpo completo al criminal Cortés, quien siempre fue considerado como tal por los jueces y su propio rey contemporáneos; más en cambio, gracias a la propaganda eurocentrista y católica, muchos mexicanos y españoles de hoy en día ven en la figura de Cortés a un supuesto “héroe benefactor” siendo que los tribunales y la historia probaron en su momento, que no era más que un corrupto embaucador y hombre sin palabra, que destrozó la vida de millones de hombres y mujeres en las tierras que asaltó y cuyo “único Dios verdadero” no era el Altísimo al que hipócritamente se encomendaba, sino el oro y las ansias de poder.

Pero no dejemos cabo suelto, pasemos a las evidencias legales, hagamos un repaso de los cargos criminales que se le imputaron Hernán Cortés y que quedaron contenidos en los expedientes del juicio en su contra (Ver, “Archivo General de Indias”, CDIAO, t. XXVII, pag. 5-59). En un documento fechado el 8 de mayo de 1529, y firmado por el presidente y los oidores de la “Audiencia y Cancillería real de la Nueva España” se puede leer el resumen de los CARGOS y DELITOS que resultaron contra Hernán Cortés, luego de las investigaciones judiciales. Entre los cuales, podemos destacar los siguientes no por ser los más graves, sino por tratarse de «fantasmas conocidos» para los mexicanos de hoy, pues una vez leídos, cualquiera habrá de poder identificar que esos delitos y actos de corrupción perpetrados hace 500 años son la CALCA y VIVA IMAGEN de los crímenes que los malos gobernantes de nuestro actual acontecer han cometido, y con ello dejamos DEMOSTRADO por qué Hernán Cortés es el iniciador e inventor del México Corrupto, al mismo tiempo que el destructor del «México Ético» que existía antes del negro año 1521.

Aquí algunos cargos criminales que aplicaron en el Juicio de 1526 contra Cortes:

  1. Se hizo nombrar Capitán y Juez de las nuevas tierras sin autorización ni conocimiento del rey.
  2. Destruyo navíos con los que llego a las costas de México, luego de haberlos robado a sus reales dueños en Cuba.
  3. Secuestro a funcionarios y clérigos de la corona y mató algunos criados de estos que se opusieron (entre ellos, el célebre Panfilo de Narváez que viajo desde Cuba hasta Tenochtitlan para arrestarlo en nombre de Su Majestad, Pedro de Mata, Joan Quesada, Juan Ruiz de Guevara y el señor Pinelo)
  4. Compro voluntades políticas con dinero que le pertenecía al rey.
  5. Pagaba grandes cantidades como recompensa para todo aquel que matara por su cuenta a sus rivales políticos.
  6. Saqueo navíos pertenecientes a funcionarios de la corona.
  7. Consintió la Matanza del Templo Mayor en Tenochtitlan y no puso remedio alguno contra los abusos de sus soldados a los habitantes de la ciudad quienes hospitalariamente los había alojado.
  8. Los cabildos y juicios durante su gobierno se hacían en su casa y no en tribunales.
  9. Escondía el oro recaudado de los impuestos y no entregaba cuentas de ello al rey.
  10. Impidió ilegalmente y de manera violenta que el funcionario de la corona Cristóbal de Tapia llegara a la ciudad de México para sustituirlo como gobernador y premio a los golpistas haciéndolos alcaldes y regidores.
  11. Ilegalmente Cortes se quedaba con la quinta parte de todo el oro que recaudaba antes de enviar cuentas y sus provisiones al rey.
  12. Había convertido a 400 mujeres y niños en esclavos luego de haber matado a todos los hombres defensores de un pueblo cercano a Texcoco.
  13. A pesar de hallarse en paz, esclavizo a todos los habitantes del “Pueblo Morisco”, en total 3 mil personas, para que construyeran sus bergantines que luego usaría contra la defensa mexicana de Tenochtitlan.
  14. Amenazo de muerte al tesorero de la corona Juan de Alderete, cuando este le quiso hacer auditoria, por la gran cantidad de oro y joyas que había guardado en su casa de Coyoacan.
  15. Para cubrir ciertos gustos personales, tomo hasta 50 mil pesos de oro de los impuestos e hizo jurar a sus funcionarios que no dijeran nada.
  16. En la ciudad de Tlaxcala recaudo hasta 40 mil pesos de oro y no repartió nada de esto ni con sus allegados, ni envió su porcentaje obligatorio al rey (el quinto real).
  17. Por su propia cuenta, declaro como suyas la ciudad de Texcoco y otras provincias en lugar de ponerlas a nombre del rey.
  18. Sin “temor de Dios”, llevo prisionero a su casa de Coyoacan y torturo con fuego al tlahtoani Cuauhtemoc dejándolo lisiado de los pies de por vida, y a otro Señor mexicano lo quemo vivo ahí mismo.
  19. Pobló de españoles amigos suyos, los mejores barrios de la ciudad de México y se sirvió de los bienes públicos, desposeyendo de todo a los habitantes mexicanos originales. Se hizo respetar como señor absoluto de las tierras de la laguna sin tener el reconocimiento del rey.
  20. Detenía ilegalmente los navíos comerciales en los puertos y les cobraba renta de sus mercancías, incluso detuvo muchos navíos de correspondencia que llevaban cartas incriminatorias en su contra y dirigidas para el rey en España.
  21. Nepotismo. Cortes elegía a sus familiares, amigos y criados personales como los alcaldes y regidores.
  22. Mando a despoblar las ricas provincias de Oaxaca y Tututepec y confisco todo el oro a sus habitantes.
  23. En la ciudad de Xaltocan obtuvo un botín de 200 mil pesos en oro y de nueva cuenta no entrego el quinto real al rey, ni lo manifestó ante los oficiales de la corona.
  24. Cuando tomo por la fuerza la ciudad de Texcoco, hizo a muchos habitantes prisioneros, les herró el rostro con metales calientes para marcarlos como esclavos y los repartió entre sus amigos.
  25. En las provincias de Cuernavaca y Oaxtepec, a pesar del ofrecimiento de paz de los habitantes, Cortes dio la orden de matarlos y a unos 500 sobrevivientes los mando herrar para convertirlos en esclavos.
  26. En la ciudad de Cholula mando concentrar en un gran patio a 4 mil de sus habitantes y ahí acorralados los mando matar a todos, en una matanza injustificada y que solo uso como instrumento de terror para las demás ciudades que se negaban a rendir.
  27. Sin tener poder ni facultad otorgada por el rey, Cortes hacia acuñar el oro fundido con su emblema para así quedárselo fraudulentamente, también mando fabricar hierros para herrar a las personas que esclavizaba. Ambos moldes los tenía guardados en su casa.
  28. Desde su casa de Coyoacán, convertida en fortaleza, se nombró señor absoluto que no tenía sujeción ni reconocía a otro señor sobre la tierra, uso insignias de príncipes y de reyes para sí mismo, y a sus amistades y hombres cercanos (entre ellos, a su entonces incondicional Cristóbal de Olid) los nombro caballeros de su corte, tomándoles juramentos y con ceremonia dándoles con la espada en la cabeza y los hombres.
  29. Recibió muchos regalos y joyas de los señores de Tlaxcala y de los propios españoles asentados en la ciudad de México a cambio de favores políticos.
  30. Durante los años de la incursión contra Tenochtitlan, ordeno a sus guardias asentadas en Veracruz que a todo juez que viniera desde España o Cuba, se le recibiera con hierros y lanzas y se le expulsara.
  31. Cortes organizaba fiestas donde se jugaban a los naipes y a los dados, apostando grandes cantidades de oro y joyas que nunca declaro ante los tesoreros del rey. En su casa tenía una habitación dispuesta con tablajería a manera de salón de casino, donde se ponían en juego lo mismo recursos públicos que fortunas privadas no declaradas.
  32. Acusado de ser falso cristiano, por su propio traductor personal y compañero cercano Gerónimo de Aguilar, quien dijo a los jueces que Cortes en público aparentaba ser temeroso de Dios y buen cristiano, pero en lo secreto robaba jóvenes bellas e hijas de los señores mexicanos y las retenía en su casa para abusar sexualmente de ellas hasta que se cansaba y les daba triste final. Mantenía un harem en su casa de Cuernavaca a pesar de estar casado.
  33. En su tiempo de gobernador no castigaba los pecados públicos de sus amigos y permitía que gente cercana a él, como Gonzalo de Sandoval y el tal Puertocarrero blasfemaran contra Dios y contra todos los santos.
  34. Oficiaba la misa en su propia casa y no en las iglesias; incluso, en una ocasión cuando supo que venía un enviado del rey para destituirlo (Fernando de Garay), hizo reunir a la gente de poblado de Coyoacán y realizo una misa para bendecir las armas con las que habría de defender sus propiedades e hizo jurar a la gente reunida que morirían con él.
  35. Pensaba alzarse como “Rey de la Nueva España” y desconocer la autoridad de Su Majestad Carlos V si no se le daba la Gubernatura general de estas tierras, y se jactaba de eso frente a sus funcionarios que lo apoyaban todos muy confiados por la gran cantidad de artillería y oro que tenían escondidos. Alguna vez se le oyó decir: “que haya ganado yo estas tierras y que venga un hijo de ruin con sus manos lavadas a gozar de ellas, no, mientras yo viviese”.
  36. No se ocupaba de evangelizar a los “indios”, y solo se interesaba realmente en ver la manera sacarles provecho y esclavizarlos.
  37. No castigaba a sus amigos y familiares que cometían delitos, antes los acogía en su casa, los defendía y amparaba, para que no los apresaran y castigaran. Ocultó en contra de la ley a asesinos hallados culpables como Rodrigo Rangel, Palacios, Becerra y Vasco, todos ellos delincuentes protegidos de Cortes.
  38. Mantenía encarcelados indebidamente sin juicio que lo avalara, a muchos rivales políticos suyos que lo señalaban por actos de corrupción y franco desacato al rey, como fue el caso de los prisioneros Francisco Verdugo, Alonso Hatiz, Francisco Gallego y Bernandino de Santa Clara.
  39. Para evitar que el oficial Francisco de Garay (enviado de la corona), tomara en su contra como base la ciudad de Panuco, Cortes mando a quemar la ciudad y matar a sus habitantes que nada tenían que ver con ese pleito entre él y el enviado real. Quemo vivos a cuatrocientos indios que se opusieron.
  40. En Texcoco, sometió a los pobladores a impuestos imposibles de cargar y llego a tanto el maltrato y miseria que impuso en dicha ciudad, que incluso en el mercado se permitió la venta de niños para esclavos de señores españoles y de indios aliados.
  41. Sin autorización del rey mando edificar casas con torres y troneras a manera de fortalezas para sus amigos como Pedro de Alvarado y Gonzalo de Sandoval. Incluso estas casas, tenían colgando el escudo de armas de Hernán Cortes y no la del rey, contrariando así la ley.
  42. Envió armada para buscar y matar a su antiguo soldado Cristobal de Olid, cuando se enteró que este último, en su misión a las Hibueras, todas las ciudades que iba tomando e invadiendo las iba poniendo en nombre del rey Carlos V y no en nombre de Cortes como este último se lo había pedido antes de encomendarle esa expedición al sur.
  43. En su iracunda expedición hacia las Hibueras para matar al leal servidor del rey Cristobal de Olid, Cortes dejo encargado el gobierno de la ciudad de México a sus hombres de confianza y mediante una carta les hizo saber que si en su ausencia, llegaba a la ciudad algún licenciado enviado de la corona lo arrestaran y lo encarcelaran en las torres de su casa hasta que el volviera.
  44. Delito de cohecho. Días antes de que llegara el juez Ponce de León enviado por el rey para someterlo a juicio, Cortes hizo cambiar a todos los alcaldes y regidores para protegerlos y evitar que tuvieran que declarar y rendir cuentas ante el juez, en su lugar puso algunos peleles y criados suyos para controlar a voluntad sus declaraciones y borrar evidencias.
  45. Fraude y falseo de votos. Hacia firmar hojas en blanco a sus funcionarios y cómplices para usar esos papeles en futuras Cartas que habría de usar para sus propios fines personales o como actas declaratorias que redactaría PARA probar su inocencia en los juicios. Fue así como reunió las firmas en una hoja en blanco de sus 600 soldados españoles, para a la postre ahí redactar una carta al rey donde supuestamente esos cientos de soldados, solicitaban a Su Majestad se permitiera que Cortes fuera su Gobernador en las nuevas tierras.
  46. Repartía el mismo a los indios como esclavos y los asignaba según sus deseos para que fueran criados de tal o cual señor amigo suyo o para que trabajaran explotados en sus propios ranchos y haciendas.
  47. Se regocijo de la prematura muerte del primer juez Ponce León y se cuenta que Cortes hizo una celebración con su familia y sus criados en su casa cuando supo que este había fallecido (como se piensa mandado a envenenar por el)
  48. Alteraba elecciones y exigía que se nombraran alcaldes y regidores a su gusto. Cuando estaba en la gubernatura Marcos de Aguilar, Cortes mando a amedrentarlo rodeando su casa con gente armadas y le envió el mensaje con uno de sus matones Gonzalo de Sandoval que debía elegir a los criados y amigos de Cortes como funcionarios, a lo que Marcos de Aguilar por temor acepto.
  49. Dio más de cien mil pesos en oro a sus abogados Diego de Ocampo, Diego de Soto y Francisco Montejo para que fueran a España a comprar la simpatía de servidores públicos y favores de personas influyentes, para que lo ayudaran a testificar o presionar su favor en su juicio.
  50. Era tanto el oro que los indios aliados le habían regalado a Cortes, mismo del que nunca entrego cuentas al rey, que se supo que a su regreso de las Hibueras, los señores de Tlaxacala lo recibieron con una armadura hecha completamente de oro como regalo.
  51. Sin justificación soltó de la cárcel a amigos suyos que cumplían condenas, siendo el caso más conocido el del criminal Rodrigo de Villafuerte, y pese a la indignación de los agraviados, Cortes nunca dio excusa alguna de por qué le saco de la cárcel.
  52. Desacato a la autoridad. Aun cuando estaba suspendido de todos sus cargos por el juicio y proceso en su contra, Cortes realizaba cabildos y ejercía clandestinamente funciones de gobierno desde su casa, oponiéndose a la autoridad de Marcos de Aguilar, quien por entonces era el gobernador designado por el rey.
  53. Prácticas de Monopolio. Imponía la venta de la carne de sus ganados. No permitía que carne que no procediera de sus ranchos se vendiera en la ciudad y el fijaba los precios según su parecer sin que persona alguna osase contradecirlo.
  54. Sus funcionarios y abogados viajaban a Castilla con dinero de los impuestos y recursos públicos para atender exclusivamente asuntos personales de Cortes, para negociar favores y atender los negocios que tenía allá.
  55. Si tenía odio o enemistad con alguien lo mandaba a encarcelar sin justificación y a las personas que se acercaban a pedir recta justicia contra alguno de sus amigos, la procuraduría encargada no les hacía caso. Usaba cínicamente la administración de la justicia como arma política y de terror contra sus enemigos. Se hacían juicios extrajudiciales en su casa que no pasaban por los jueces.
  56. Estando prohibido por la ley que un gobernador pusiera por alcalde o alguacil a un criado o familiar suyo, Cortes tenia por alcalde mayor a Francisco de las Casas y Joan Suarez por teniente en la provincia de Oaxaca siendo ambos sus cuñados. También tuvo a Rodrigo de Paz como alcalde mayor siendo su primo hermano y a Francisco Cortes por teniente de la Villa de Colima también siendo su primo. Incluso a su criado y deudo Álvaro de Sayavedra lo tenía como alguacil de la Villa de Medellín.
  57. No cuido las obras dejadas por los antiguos gobernantes mexica ni hizo caminos nuevos en la ciudad de México. En el tiempo que estuvo de gobernador en la ciudad, no tuvo la diligencia de mandar a reparar las calzadas ni los puentes ni el alcantarillado de la ciudad (la antiguamente bella y funcional Tenochtitlan que él y sus tropas usurpadoras destrozaron).
  58. Solo usaba la religión como prebenda política y para enjuiciar a sus enemigos por supuestos pecados. Pero Cortes nunca se ocupó de levantar iglesias ni monasterios para realmente difundir la Fe Católica, tan solo mandaba levantar iglesias dentro de las casas populosas y haciendas que tenía o donde él se posaba y no en las partes que convenía. Cuando el dejaba el lugar, nadie más oficiaba misa. Usaba la religión para promoción personal únicamente.
  59. No llevaba un registro en las cárceles, en donde entraban y salían presos según su conveniencia en intereses, usaba las prisiones más como fortalezas para encerrar a sus enemigos y neutralizarlos, que para impartir justicia real.
  60. Sospechoso principal de la muerte de su esposa, la cual amaneció muerta en la misma habitación donde ambos dormían, luego de una fiesta en su casa que termino de mala manera. Se dice que motivado por el odio de una discusión previa con su esposa por las constantes infidelidades maritales de Cortes, este ultimo la asfixio mientras dormía, y la prueba de ello son los moretones en el cuello que las criadas dijeron haber visto en el cadáver aun tendido en la cama. Cortes no dio tiempo a nada, y enterró el cuerpo de su esposa en el panteón a las pocas horas de muerta, e incluso el mismo término oficiando la misa funeral, ni siquiera los familiares de la víctima o los procuradores pudieron ver el cuerpo de la difunta para confirmar la causa de la muerte. Ello obedeció a la prisa que Cortes tenía por borrar la evidencia de su crimen, pues la exhumación de un cuerpo luego de ser enterrado era mal visto por la iglesia. Su suegra al saber las versiones de las criadas, lo acuso de la muerte de su hija, pero ya con el cuerpo del delito enterrado Cortes logro quedar impune.

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Es así como llegamos al final de esta lista vergonzosa y reprochable, que recoge algunos de los crímenes probados y otros tantos que pasaron impunes a la fecha, de parte de éste personaje oscuro Hernán Cortes, quien dejo una estela de daño y terror a su paso por nuestra tierra mexicana, sin embargo, a pesar de que este infame invasor murió en 1547 (hace 9 generaciones) su legado de corrupción y violencia asesina pervive en la actitud y forma de vida de muchos mexicanos actuales, quienes replicando los pasos perdidos de éste antiguo delincuente, siguen su escuela de crimen y ambición desmedida, segando vidas inocentes a su paso y despojando a los pueblos y familias de sus patrimonios y legítimos derechos al igual que Cortes lo hiciera,  convencido de que ese era el camino directo para escalar a la cima de la fama y el poder, cuando en realidad no hacía más que llegar a lo más bajo que puede llegar un ser humano: al genocidio y la barbarie.

Hay que decirlo bien alto porque no se trata de una mentira, ni es una vergüenza decir la verdad: el oscurantista Hernán Cortés fue un psicópata, un HOMBRE CORRUPTO Y PERTURBADO que en su delirante y mezquino deseo de convertirse en el rey de una tierra que no le vio nacer y a la cual asaltó y profanó, solo dejó tras de sí un camino plagado de sangre y fuego, pues Cortés mató y torturó sin piedad hombres que se contaron por millares, ultrajó y violó mujeres indefensas, vendió como esclavos niños aun en la tierna edad, quemó ciudades, destruyó casas y separó familias enteras, defraudó y traicionó a los que confiaron en él, uso y luego desecho al que le tendió la mano, pisoteó la fe de otros y dio rienda suelta con oro como recompensa a las mentes perversas. Hernán Cortés y los desdichados hombres y mujeres que se dejaron arrastrar por su egoísta ambición y lo apoyaron hasta el final, hoy son mas bien recordados por su inhumano legado, ya siendo menos los «enfermos» de mente y espíritu que los recuerdan con dicha y simpatía, pues para nadie es secreto en este siglo XXI del despertar mexicano, que sobre “Cortes y sus aliados” pesa la culpa de la destrucción y la corrupción de 10 mil años de historia y evolución de la Civilización Madre de Anahuac, pues con su decante empeño invasor, Cortes hizo retroceder la humanizada moral y la Alta Conciencia que los “Viejos Abuelos mexicanos” habían adquirido de esas Escuelas del Conocimiento que fueron Aztlan, Teotihuacan, Tula-Tollan y la heredera Tenochtitlan, todas ellas indiscutibles “bastiones de la Luz” y hoy reconocidas por los eruditos como verdaderas Culturas benefactoras de la Humanidad.

Mexicano, mexicana, hermano, hermana, a 500 años de la llegada de la corrupción, del crimen y de la violencia asesina a esta nuestra nación, te ruegan las madres y te exige la Historia que te arranques ese legado invasor que nunca pediste, renuncia a esa vena y HERENCIA maldita y reactiva tu memoria genética. Volvamos a ser dignos habitantes de Anahuac, volvamos a ser Mexicah que no significa más que SER hombres y mujeres CENTRADOS, volvamos a levantar de nuevo nuestra nación que se cayó en penumbras y en fangos colonialistas por 500 años y hagamos ondear blancas banderas por los Cuatro Rumbos, pero sobre todo, hagamos que este país sea “un refugio donde puedan estar en pie los hombres” como reza el sagrado himno de México-Tenochtitlan.

Paisano, ya no seas un “Hernán Cortés reencarnando” en cada corrupto y cada criminal asesino que lastima a la sociedad, gánate el honor de ser llamado MEXICANO, porque ese nombre ancestral es un título venerable más que un simple gentílico de nacionalidad. Recupera tu espíritu justo y valiente que te viene de familia y de tradición. En ti esta esa Fuerza divina y Voluntad guerrera que se necesita para refundar a México y devolverle la gloria y fama que merece, pues tú al igual que yo, somos hijos del “Nuevo Sol” y nietos de aquellos sabios y guerreros que no tuvieron miedo, aun cuando la oscuridad de 1519 les llegó. No se trata de mirar con nostalgia el pasado, se trata de atesorarlo y superarlo en el presente. No se trata de España o de Roma, ni de tierras y reyes que nunca has visto y ni saben de ti:¡Se trata de México, tu cuna!

Mexicano del siglo XXI, a ti te invocamos:

Si sientes respeto por el sabio Nezahualcoyotl, procura ser más sabio que él.

Si sientes respeto por el idealista Motecuhzoma, procura ser más altruista que él.

Si sientes respeto por el leal defensor Cuitlahuac, procura ser más valiente que él.

Y si sientes respeto por el inquebrantable Cuauhtemoc, entonces… ¡ganemos la batalla contra la Oscuridad que le tocó perder a él!

¡Que Viva México y nuestra MADRE PATRIA AZTLAN!

***

“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”

***

Por: Tecuhzoma Teutlahua.

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El canibalismo era una costumbre habitual en Europa.

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Es ampliamente conocido, que entre la larga e ignominiosa lista de falsedades y acusaciones infundadas que los invasores europeos hicieron en contra de los pueblos civilizados del México Antiguo (Anahuac), se encuentra la mancha del supuesto “canibalismo” (antropofagia) que practicaban indistintamente y de manera habitual las poblaciones mexicah, que los emisarios de las coronas católicas encontraron a su arribo a nuestro valle central mexicano.

Han llegado tan lejos con sus calumnias y alucinaciones los “patrañeros eurocentristas”, que aseveran que uno de los platillos típicos y ancestrales de nuestra cultura nahuatl, el “Pozole” (Potzolli, en náhuatl), era preparado por los antiguos mexicanos con “carne humana” (¡!), cuando es sabido por la Gastronomía y la Etnología moderna, que los platillos acuosos y hervidos (caldos) de la dieta de nuestros ancestros mexicanos no incluían carne (ni siquiera de animales), pues la base de la alimentación anahuaca era prácticamente vegetariana a base de semillas, frutas, mieles y una extensísima variedad de algas y vegetales, siendo la carne animal un componente escaso en su dieta y ésta proteína se limitaba únicamente a la carne de ciertas especies de peces, reptiles, aves pequeñas e insectos (ejem. libro “La Dieta Azteca” de la Maestra e investigadora Isabel Quevedo).

Por lo anterior, la malintencionada afirmación que pregona sin fundamento científico que el pozole original tenía entre sus ingredientes carne humana, es completamente incongruente y ridícula, pues este platillo o “caldo espumoso de maíz” (de ahí su nombre, «potzolli» significa «espumoso y reventado») que sobrevive hasta nuestros días, comenzó a ser preparado con carne de cerdo o aves de corral ya hasta la época Colonial, cuando se empezó la explotación animal del ganado porcino y avícola traído por los españoles. Los platillos mexicah que incluían carne no se embebían en caldos, sino que se servían fritos o secados con sal del lago y esto tiene un fundamento digestivo y un beneficio alimenticio que los anahuacas del valle ya conocían.

No obstante, lo que sí está documentado y no cae en el terreno de la especulación y en el rumor crónico de los siglos, es el hecho de que en la Europa imperialista SI SE CONSUMÍA CARNE Y SANGRE HUMANA y no estaba destinada esta práctica caníbal solo para los habitantes del orden común, sino que era considerada como un PRIVILEGIO de la nobleza europea y hasta de los mismos reyes.

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A pesar de que hoy día, las sociedades occidentales continúan asociando al canibalismo con situaciones extremas de hambruna, casos criminales, personas con serios trastornos mentales, fanáticos religiosos o «tribus americanas y africanas», el exhaustivo repaso histórico de la sombría práctica del canibalismo nos remite precisamente a la Europa de los Siglos XVI al XVII. Al respecto de esta verdad histórica, contamos con el libro «Canibalismo: Una Historia Perfectamente Natural» de Bill Schutt que obliga a replantear las nociones preconcebidas en la materia, pues la investigación de Schutt hace un compendio exhaustivo y se da a la tarea de documentar las costumbres antropofágicas de los viejos europeos.

Precisamente en la Europa del siglo XVII, la práctica de la hematofagia – o consumo de sangre humana – era considerada NORMAL e incluso, era altamente recomendada por galenos (médicos occidentales) para el tratamiento de los epilépticos. El investigador Bill Schutt asegura que tal era la popularidad de la costumbre de beber sangre entre los europeos, que al momento de llevarse adelante las ejecuciones públicas de los procesados por la Inquisición o por los tribunales penales «se podía ver a los epilépticos parados cerca con una copa en la mano, listos para reclamar su vital elixir rojo»… un espectáculo barbárico e inenarrable a todas luces, que sucedía en el corazón de las mejores capitales del autodenominado “Viejo Mundo”.

Según el experto consultado por el medio «New York Post», reyes y plebeyos que habitaban en el continente europeo alrededor del año 1600 consumían rutinariamente CARNE HUMANA, así como tripas y otras partes del cuerpo. «Lo hicieron sin culpa durante cientos de años» recalcó Schutt, quien además agregó que el consumo de sangre se hacía en ocasiones en formato de un polvo combinado con otros ingredientes, un tipo de fórmula prescrita por médicos ingleses incluso hasta bien entrado el siglo XVIII.

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También zoólogo de profesión, Schutt asegura que el fenómeno del canibalismo ocurre en toda clase de vertebrados, desde peces a mamíferos, así como en muchos tipos de invertebrados. Y aparentemente no ha discriminado cultura o estatus social a lo largo de la historia humana.

Otra fuente que abona a la certeza de que los europeos medievales practicaban el canibalismo sin recato, al mismo tiempo que acusaban sin pudor y sin pruebas a los pueblos americanos de cometerla, es el libro «Momias, caníbales y vampiros: La historia de la medicina de cadáveres del Renacimiento a los victorianos» y su autor es Richard Sugg, profesor de la Universidad de Durham (Reino Unido). Lo que Sugg cuenta en su libro es un capítulo de la historia de Europa desconocido para la mayoría: el uso de partes de cadáveres humanos, como huesos, piel, sesos, grasa, carne o sangre, para tratar múltiples enfermedades, desde la epilepsia a la gota, el cáncer, la peste o incluso la depresión.

En resumen, es completamente irónico que los desgastados “cuentos para niños” que escribieron los poco fiables y naturalmente tendenciosos cronistas españoles acerca del «canibalismo en el Anahuac», acaben por describirlos a ellos mismos y a sus romanizados pueblos de Europa; pues los «patrañeros eurocentristas» no reculan en repetir mecánicamente sus negras historietas que hablan de “sacrificios humanos” (no comprobados cabalmente a la fecha) realizados en la cima de las pirámides mexicanas («tzacualli») con el objeto de que «todos los habitantes de la ciudad Tenochtitlan pudieran estar atentos al horrendo y sanguinario espectáculo» y así tomar partida cuando los sacerdotes mexicah arrojaran el cuerpo de la víctima sacrificada por las escaleras de los elevados templos, asegurándose de ese modo, que el cadáver llegara al suelo despezado o fracturado y así resultara más fácil para la “ansiosa horda de habitantes caníbales” desmembrar a la «persona ofrendada» para obtener un pedazo de cuerpo humano.

Cuando en realidad, esa sanguinaria escena de hordas hambrientas por carne humana agazapadas al pie de una plataforma de sacrificio, sucedía PERO en las patrias europeas de los execrables cronistas de la Invasión a América, pues el «canibalismo médico» alcanzó tal popularidad en la Europa del siglo XVII que se experimentó un auge inusitado en las ejecuciones públicas a lo largo del continente, y fue muy común y normal tener escenas con cuerpos de prisioneros desmembrados, siendo arrebatados por los enfermos espectadores, interesados en DEVORARLOS aun cuando estas víctimas humanas todavía se encontraban respirando.

Pero, más allá de las adaptaciones modernas y con fines puramente médicos de la polémica costumbre centenaria, Schutt asegura que la noción del canibalismo como una práctica que cura una infinidad de dolencias ha desaparecido prácticamente del todo en la sociedad moderna del siglo XXI.

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Sin embargo, una vez más y de un plumazo, queda esclarecido que cada una de las difamaciones que las coronas europeas y sus peones lanzaron contra la Civilización Madre del Anahuac, al final (como era de esperarse) termina retratando de cuerpo entero a los propios difamadores, pues les viene al dedillo a los europeos medievales el indecible adjetivo de “caníbales”: un adjetivo racista y despectivo que nosotros los americanos no nos atrevemos a decir en contra de ninguna nación antigua (siendo que consta esta práctica en otros continentes) y en cambio, los europeos romanizados con total ligereza moral y descaro anti-científico, usan una y otra vez el mote de «caníbales» para describir a los originarios pobladores de las tierras que asaltaron (coincidentemente).

No obstante, para hacer justicia a la Verdad, parte de lo que ha encontrado la arqueología actual como «posibles» (mas no concluyentes) pruebas de antropofagia en el México Antiguo, son algunas muestras AISLADAS de «huesos humanos hervidos» encontrados en cuevas de remotas localidades al norte del país (sierra de Durango), donde se sabe también que habitaban pueblos atrasados semi-nomadas y que no tenían conexión cultural ni étnica, con la esplendorosa cultura y sociedad que se asentó en Tenochtitlan y sus alrededores. Si alguna vez hubo canibalismo en el Anahuac, no fue la norma, ni fue practicada por los pueblos civilizados y generalizar las antropofagias de unos cuantos habitantes de perdidas regiones a donde la lluvia, el maíz y el alimento natural escaseaba, es faltar a la Sabia Razón y poner a la Ciencia y a la Historia al servicio de la propaganda.

Por otro lado, la evidencia de «huesos hervidos» (objetivamente hablando) NO COMPRUEBA de ninguna forma la antropofagia, pues de hecho, cualquier curtidor sabe que para despellejar un cadáver y retirarle la piel es necesario antes hervirlo, y en el caso los «huesos humanos hervidos» encontrados, no implica necesariamente que esos antiguos anahuacas hayan tenido la intención de hacerlo para consumar la ingesta de la carne, sino que también, existe la misma posibilidad de que solo necesitaban obtener la piel desprendida del muerto, para cumplir con algún rito funerario o algún propósito místico-religioso hasta hoy desconocido.

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Finalmente, aquí dejamos para la reflexión un argumento mas en contra de la supuesta practica de canibalismo entre los mexicah y éste se haya en un hecho histórico: durante el sitio de Tenochtitlán que plantó Cortes y sus indios aliados en 1521, los aztecas pasaban hambres extremas y se arriesgaban a salir de la ciudad en busca de raíces y otros mendrugos similares, entonces ¿por qué no practicaron el canibalismo en ese momento, cuando mas hambre padecían durante lo peor de la guerra y cuando mas cadáveres humanos estaban disponibles?

Por mas que se intente confundir, algo es seguro: la Verdad siempre sale a la luz, solo es cuestión de saber reconocerla.

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“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”

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Por: Tecuhzoma Teutlahua.

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Consejos de una madre «mexica» a su hija


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Era muy sagrada y venerable la labor que los padres mexicanos sentían al momento de educar a sus hijos («tlacahuapahualiztli») en el seno del hogar («Chantico»), pues antes de que estos últimos fueran enviados a las escuelas de las ciudades, la cultura del Anahuac consideraba que eran justamente los padres «los primeros» maestros de los niños y era en consecuencia su obligación moral, como sus amorosos instructores, el darles buena crianza desde muy edad temprana, o como ellos mismos decían en sentido figurado «colocar frente a un gran espejo a sus hijos para que se miraran reflejados en el», para que de ese modo se conocieran a si mismos y aprendieran a «humanizar su querer» y gobernar su mente y emociones.

Por lo anterior, es indudable que la inmejorable manera de medir el nivel de avance en una sociedad es precisamente conociendo el tipo de moral y ética inculcada en sus habitantes, pues más allá de los avances científicos y tecnológicos, la base en la que se apoya el progreso y éxito de cualquier sociedad está en su sistema de valores, pues son éstos los que garantizan la pervivencia y determinan el Grado de Evolución en la consciencia de las personas.

Así pues, de nada sirve en una sociedad contar con un desarrollo amplio de la CIENCIA sin un desarrollo a la par de la CONCIENCIA, como fue el caso de la Europa Medieval y sus coronas imperialistas, que a pesar de contar con importantes y respetables avances en su Ciencia (misma que no era propia sino que heredo casi enteramente de parte de Asia y Egipto), en lo que respecta al nivel de consciencia de sus reyes y habitantes en general, podríamos decir que se encontraba en un nivel propio de bárbaros y cavernarios dignos de los albores de la Humanidad.

De tal modo, es licito afirmar en base al tipo de educación que recibían TODOS LOS NIÑOS Y JÓVENES del Anahuac, que aquí en nuestras tierras, no solo se vivió un formidable avance científico en muchos campos, sino que también se contó con una superior forma de pensamiento, es decir, existió un equilibrio y una reciprocidad perfecta entre el grado de Conocimientos y SU USO, pues el sistema de valores del Anáhuac siempre camino de la mano con el avance de la ciencia.

Tal era el alto grado de civilidad presente en los actos de los primeros mexicanos, que se podría aseverar sin temor a exageraciones que en muchos aspectos de la vida cotidiana, nuestros «Viejos Abuelos» aspiraban siempre a practicar un comportamiento cercano a la perfección, pues desde el individuo más humilde en los campos de cultivo hasta los abocados a gobernar en los palacios, todos ellos y sin excepción, por exigencia del Estado presidido en el «Huey Tlatocan» debían recibir educación escolar; es decir, el Antiguo México, fue la única región del planeta en el siglo XV que se preocupó por la educación integral de toda su población, al grado que instauro leyes donde HIZO OBLIGATORIA Y UNIVERSAL LA EDUCACIÓN, quedando garantizado el paso por los colegios y academias de todos y cada uno de sus habitantes desde la corta de edad (siendo estas escuelas universales el «Telpochcalli», «Cuicacalli», y «Calmecac»).

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Es por ello, que del Anahuac no nos podemos referir como una Civilización fallida, sino como una Civilización invadida, truncada, hostilizada por extranjeros, que dejo de existir físicamente no por falta de los suficientes y meritorios avances científicos y morales, sino a causa de las barbáricas coronas europeas que asolaron y conspiraron contra los pueblos de nuestros ancestros. Que de haber sido de otra manera, ahora mismo estaríamos hablando de que el Anáhuac (América), hoy por hoy, en base a sus méritos propios e irrefutables de su pasado, sería sin duda, en la actualidad la porción del mundo MAS AVANZADA TECNOLÓGICAMENTE Y MORALMENTE, algo que desafortunadamente sabemos que no es así, porque el erróneamente autonombrado “Viejo Mundo” vino a infectar y derrumbar la sublime sociedad que representó el Anáhuac antes de 1521 y que fue producto de milenos de evolución, que en menos de un siglo fueron eclipsados por el “acero” de las espadas y los “maderos” de las cruces europeas.

No obstante, como mexicanos del siglo XXI, debemos enderezar nuestros rostros y corazones, y recobrar la fuerza y dignidad que nos viene en la sangre, para hacer de este país México el “paraíso terrenal” y EJEMPLO MUNDIAL que alguna vez fue, cuando fue habitado por personas honestas y amables, lo mismo que gobernada por líderes cultos y sabios. Es por lo anterior, que en la presente publicación nos alegra poderles compartir un pequeño pedazo de lo que fue aquella tremenda calidad moral de antaño que atesoraron en sus mentes y pechos nuestros antepasados.

No haremos tregua en insistir, que el tipo de CONSEJOS QUE LAS MADRES DABAN A SUS HIJAS en el Antiguo Anahuac, no son de ninguna manera palabras ni consejos caducos o anacrónicos, pues estos mismos códigos morales funcionaron y ennoblecieron a la sociedad DURANTE MILENOS y fueron el eje rector de conducta de nuestras primeras mujeres mexicanas, quienes siendo «aquellas feminidades» igual de mortales y de carne y hueso como las actuales, supieron llevar muy en alto el sagrado papel de “mujeres de la tierra y madres del pueblo”.

La insipiente y muy joven cultura actual “americana”, no va más allá de 500 años de edad, por lo cual es imposible afirmar que el tipo de valores que nuestra sociedad en conjunto tiene al día de hoy, sean en verdad los correctos y los que garanticen la forma ideal de la convivencia humana. Se podría decir en contra, que el futuro tecnológico parece prometedor para la Humanidad, pero de nada nos va servir el poder sobrevivir otros 500 años más y librar a la patria de futuros genocidios (mismos que en su momento nuestros ancestros no pudieron superar) si como pueblo no tenemos VALORES Y UNA ALTA ÉTICA en igualdad con nuestra “deslumbrante ciencia actual”, pues a diferencia de nosotros, los Viejos Abuelos Mexicanos lograron algo más valioso y que a la fecha no hemos podido equiparar a pesar de que seguimos vivos como sociedad, ELLOS SE CONSERVARON HUMANOS desde el origen y hasta el último momento de sus vidas y eso es infinitamente más meritorio y digno de reconocerles como Civilización, que el empuje de sobrevivir por siglos y siglos, pero ya siendo todo menos un “pueblo” humano.

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Ahora bien, luego de esta introducción, pasemos a la versión recogida desde las fuentes escritas, del tipo de consejos que las madres de Anáhuac daban a sus niñas y adolescentes. Pedimos, que no sea esta una lectura mas, superficial y tomada deportivamente, sino que sea leída y comprendida a profundidad para que retomemos la moral correcta que nos heredaron los Viejos Abuelos y la llevemos hasta el seno de nuestros hogares, los cuales son los ÚNICOS Y REALES refugios protectores de nuestras pequeñas niñas y jovencitas mexicanas, siempre ambicionadas y acosadas por la cultura actual llena de trampas e ideas corruptoras. Cabe mencionar que los Consejos que compartimos a continuación, fueron tomados de una fuente histórica confiable siendo ésta, la “Colección de documentos para la Historia de México, de Ternaux-Compans” pag. 132. Sin más, aquí les dejamos estas bellas “palabras floridas” que no hacen más que reafirmar la razón del por qué las MADRES Y MUJERES del Anáhuac  eran (y son) sagradas en verdad:

(Inicio del Texto)

CONSEJOS DE UN MADRE MEXICA A SU HIJA

“Hija mía, yo te he dado el ser, te he criado y alimentado; el honor de tu padre se refleja sobre ti; si no cumples con tu deber no podrás vivir con las mujeres honradas, y nadie te querrá por esposa.

No se vive en este mundo sino con harta pena y trabajo; las fuerzas se agotan y es necesario servir al Dador de la Vida para que nos ayude, nos sostenga y nos conceda la salud.

Conviene que seas activa y cuidadosa para adquirir lo necesario. Querida hija, evita la pereza y la negligencia, se limpia y laboriosa, cuida tu casa, haz que reine en ella el orden, que cada cosa ocupe su lugar y de este modo sabrás cumplir con tu deber cuando te cases.

En cualquier parte que te halles, respeta el pudor; no andes demasiado ligera, ni sonriendo o mirando a los hombres que pasan cerca de ti: atiende solo a tu camino, de este modo adquirirás reputación de mujer honesta.

Cuida de hablar convenientemente, cuando se te haga una pregunta, que tus respuestas sean cortas y claras.
Cuida de tu casa, haz labor, trabaja: si así lo haces, hija amada mía, merecerás poseer lo necesario para poder comer y vestir, serás dichosa y darás gracias al Dador de la Vida de haberte dado los talentos necesarios a la mujer.

No te dejes dominar del sueño y de la pereza, no permanezcas demasiado en la cama, a la sombra o al fresco, pues te harás floja y aun libertina, y no podrás vivir con honor y convenientemente. Las mujeres que se entregan al libertinaje en realidad no son amadas ni apreciadas.

Que estes sentada o levantada, andando o trabajando, tus acciones y pensamientos han de ser loables; cumple con tu deber y así agradaras al Dador de la Vida y a tus padres.

Cuando te llame acude a la primera vez, para ver lo que de ti deseo, evitándome el disgusto de castigar tu pereza y tu desobediencia.

Escucha con cuidado las ordenes que se te den, no respondas mal; y si no pudieres hacer lo que se te manda sin faltar al honor, excúsate políticamente, pero no mientas y no engañes a nadie, porque el Dador de la Vida te ve.

Si oyes llamar a alguno y no acude pronto, apresúrate tú a presentarte y haz lo que se quiera que el hiciese. Con esto conseguirás ser amada por todos.

Si te dan un buen consejo, aprovéchale, no le desprecies para que no pierdas la estimación del que te lo da. 
Que tu modo de andar no sea ni demasiado apresurado, ni deshonesto, pues pasaras por una mujer ligera.

Se caritativa, no odies ni desprecies a nadie, no seas avara, no interpretes las cosas en mal sentido, no tengas envidia del bien que el Dador de la Vida le concede a otros.

No hagas daño a nadie para que no se te haga, evita el mal, no sigas las inclinaciones de tu pasión porque podrías engañarte, caer en el vicio y causar tu vergüenza y las de tus parientes.

Evita la amistad de los mentirosos, de los perezosos, y de las mujeres de malas costumbres porque ellas te perderían.

Ocúpate de tu casa, no salgas de ella para divertirte, no pierdas tu tiempo en los mercados, en las plazas y en los baños públicos, pues de este modo se pierde la mujer y se hace viciosa, porque solo se nutre de malos pensamientos.

Cuando un hombre atrevido trate de dirigirte la palabra, no le escuches, no le mires, guarda silencio y no le hagas caso, si te sigue no le respondas, para que tus palabras no exciten su pasión. Si no le prestas atención dejara de seguirte.

No entres sin necesidad en casa ajena, para evitar que de ti se murmure.

Si vas a ver a tus parientes hazles presente tu cariño; no seas perezosa, toma parte en el trabajo que traigan entre manos, si puedes hacerlo, y no permanezcas mirando a los que lo hacen.

Si escoges esposo, amale, escúchale, respétale, haz con gusto lo que te solicita, no vuelvas la cabeza cuando te hable, y si te dijera alguna cosa desagradable, procura sobreponerte a la pena. Si vive de tu dote, no por eso le desprecies. No seas caprichosa, porque ofenderías a tu marido y perderías su cariño. Dile con dulzura lo que creas conveniente, no le dirijas discursos ofensivos delante de los demás, ni aun estando frente a tus hijos, pues tú serás la que cargue con la vergüenza y el desprecio.

Si viene alguien a visitar a tu marido, recíbele bien y dale señales de deferencia.

Si tu marido no se conduce convenientemente, dale buenos consejos para que lo haga y tenga cuidado de su casa.

Vigila cuando se trabaja en tus posesiones y huertos, procura presenciar la recolección y no descuidar nada.

No seas tirana de tu hogar, ayuda a tu marido de sus quehaceres, de este modo no carecerás de lo necesario y podrás atender la educación de tus hijos.

Hija mía si sigues mis consejos, serás querida y estimada de todos. Al dártelos con mi deber de ser madre; siguiéndolos serás dichosa. Si otra cosa sucede será por tu culpa; el tiempo te hará arrepentir de no haberme escuchado, sin que pueda argüírseme de no haber cumplido el deber que tengo de aconsejarte como madre”.

(Final del Texto)

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«A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana»

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Por: Tecuhzoma Teutlahua.

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Suplicio y muerte de Cuauhtemoc

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   28 de febrero de 1525, fecha que registra la Historia como el día en que el “Huey Tlahtoani” Cuauhtemoc, MURIÓ asesinado a manos de sus captores hispanos. Cuatro años atrás, Tenochtitlan la esplendorosa capital de Anáhuac, había sido invadida y saqueada por las tropas de Hernán Cortes, quien aprovechándose vilmente de la CRISIS HUMANITARIA que sufría la “Blanca Ciudad” a causa de una terrible y “extraña” epidemia que en plena guerra diezmo dramáticamente a su población y desplomo al mínimo la capacidad de sus defensas militares, pudo consumar su pretensión de tomar la ciudad para sus propósitos imperialistas, luego de meses de un brutal sitio que bloqueo todo tipo de ayuda venida del exterior hacia el último bastión mexica, mismo que resistió heroicamente al asecho de sus enemigos, más allá de sus posibilidades humanas.

   Según se cuenta, cuando ya la guerra estaba perdida para los mexicanos en la noche del 13 de agosto de 1521, Cuauhtémoc fue apresado y llevado ante la presencia de Hernán Cortes en una orilla del lago que estaba lleno de cadáveres flotando. Una vez frente al capitán castellano, el capturado caudillo del Anahuac le dirigió estas palabras llenas de dignidad y entereza, mismas que recogen las fuentes:

“…señor Malinche (Cortes): ya he hecho lo que soy obligado en defensa de mi pueblo que ya no pudo más resistir, y pues vengo por necesidad y preso ante tu persona, toma ese puñal que tienes en el cinto y si puedes mátame tu mismo luego con él”.

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   No obstante, como es sabido Cuauhtémoc no murió en esa noche de la “Caída de Tenochtitlan”, pues los maquiavélicos planes de Cortes le tenían deparado ser usado como rehén y botín de guerra, para que las poblaciones futuras en ser sometidas no intentaran hacer la guerra a los hispanos y sus indios aliados, apabullados por la herramienta psicológica de terror, una vez que vieran que el gran mismísimo “Huey Tlahtoani” había sido reducido a un prisionero a merced del ejército invasor.

   Sin embargo, aunado a ese deleznable propósito de usar al joven dirigente caído en desgraciada como “trofeo viviente”, a Cortes le interesaba recuperar el mítico “tesoro de Moctezuma (Xocoyotzin)” que había perdido en su derrota de la “Noche Victoriosa” (30 junio 1520) y sabía que solo un hombre de la talla de Cuauhtemoc, era el único que podía conocer la ubicación real de ese supuesto tesoro perdido. Pero la valentía y lealtad de Cuauhtemoc que no conocía limites, le ayudo a no ver quebrada su voluntad y nunca confeso a su verdugo donde estaba “aquel preciado tesoro”, por más torturas intolerables y vejaciones inhumanas a la que Cortes lo sometió para forzarlo a hablar.

    Una de esas torturas físicas que sufrió el “Huey Tlahtoani”, es la ampliamente conocida “quema de sus pies en la hoguera”, a la que fue sentenciado luego de un arranque de rabia del capitán hispano, quien se dejó llevar por los rumores de sus aliados indios, quienes le aseguraban que Cuauhtemoc tenía escondido el dicho tesoro, y por esta causa, los oficiales reales de Cortes (entre ellos, Julian de Alderete) recibieron la orden de su capitán, de dar en su casa de Coyoacan el mayor tormento al “Guatemuz” (como le llamaban los hispanos a Cuauhtemoc) y a su primo el Señor de Tacuba quien era su amigo más cercano. Según se cuenta, Doña Marina («Malintzin») se acercó al encadenado Cuauhtemoc mientras éste último estaba sufriendo el tormento del fuego y le dijo:

“… más te ayuda obedecer, nuestro capitán dice que busques 200 tejuelos de oro, tan grandes así como este… (Señalando con la mano a una patena de cáliz)”

    Tal tortura inmisericorde en Coyoacán, consistió en untar aceite a los pies del “Señor de México” (Cuauhtemoc) y a su confidente el “Señor de Tacuba” (Tetlepanquetzal), para luego sentarlos amarrados a cadenas, en una posición tal que los dejara con los pies colgando dentro de una hoguera, para que el dolor de su carne ardiendo les hiciera confesar el paradero del tesoro. Pero como ya hemos dicho, Cuauhtemoc no revelo ubicación real (tan solo dijo cosas para despistar) y estoico aguanto el tormento y en ningún momento se quebró, dejando de manifiesto su condición de noble y gran guerrero. Más cuando Cuauhtemoc, a mitad del suplicio vio que la voluntad de su primo desfallecía y parecía estar a punto de revelar el “secreto” a Cortes, el joven líder mexica se volteo hacia su compañero quien lloraba y rogaba a sus inquisidores detener aquella crueldad, y con estas sacudidoras palabras le devolvió la integridad y la bravura:

“… ¡¿Por qué te doblegas?!, acaso ¿ves que por ventura yo estoy en un baño de temazcal?”

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    De ese modo, encadenado, torturado de todas las formas y vigilado noche y día, paso los siguientes cuatro años a su captura el líder Cuauhtemoc, quien dejo Tenochtitlan y el valle central para siempre el 12 de octubre de 1524, cuando Cortes lo llevo consigo como “prenda de cambio” a la campaña de invasión del sur, con rumbo las Hibueras (Honduras) y la región maya. Ya imaginamos lo que pudo representar para el “Huey Tlahtoani” el esfuerzo sobrehumano, de andar largas caminatas a pie hacia esas tierras sureñas, con ambos pies totalmente destrozados y atrofiados tras aquel crimen contra su persona en Coyoacan.

    Muchas fueron las anécdotas y desventuras que el destino le deparo a Cuauhtemoc, en ese su agónico viaje a lo desconocido, mismo que termino fatalmente el 28 de febrero de 1525 en la localidad de Acallan o “el lugar de los muelles” (Tabasco o Campeche) y aunque hasta el último momento, el hijo de “Ahuizotl”, no desistió en su convicción de escaparse a sus miserables apresadores y recuperar su amada Tenochtitlan, acabo siendo asesinado sin ver de nuevo sus manos fuera de las cadenas. Pues, el capitán castellano decidió matarlo al percatarse que llevar con vida a Cuauhtemoc, por todas esas ciudades selváticas a las que arribaba en su campaña hacia las Hibueras, comenzaba a tener el efecto contrario a sus deseos, pues aunque algunas poblaciones se rendían sin remedio ante el invasor al ver que fue “capaz de derrotar” al Señor de México; la mayoría de esos habitantes en cambio, manifestaban sus simpatías y lealtades hacia el “Huey Tlahtoani” quien hábilmente comenzaba a sacar rédito de aquella travesía al secretamente pactar alianzas con esos señoríos mayas que le se iban uniendo a su paso, esperando el momento de asestar el golpe a los hispanos una vez que cayeran en la trampa a la que estaban ya siendo conducidos al internarse cada vez más en esa profunda selva.

    Una prueba de que algunos pueblos del sur, al ver a Cuauhtemoc vivo, comenzaron a volcar su lealtad hacia él y no hacia los invasores hispanos y sus indios aliados, es el siguiente testimonio recogido de los “Anales de Tlaltelolco”, acerca de lo declarado por el “tecuhtli” de un señorío chontal en Tuxkaha, al enterarse de la proximidad hacia sus territorios del señor de México quien venía preso en la expedición:

“… ¡que venga Mi señor!, nuestro amo y soberano. Que nos hagamos dignos de su merced, que nos vuelva a tratar a sus súbditos con su clemencia. Que vuelva a mandar, porque debe saber que si él nos impone algo, nosotros sabremos cumplirlo”

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    Al ver Hernán Cortes que aquella ciudad de Tuxkaha había recibido a Cuauhtemoc con las dignidades y honores propias de su majestad, y que toda la ciudad había sido adornada con flores y los doseles más relucientes de quetzal para celebrar la llegada del “Huey Tlahtoani”, el capitán no dudo más que tener vivo al líder mexica jugaba más en su contra que a su favor. La vena asesina del capitán se inflo cuando, los pobladores exigieron que su “Señor mexicano” fuera el que hablara por el contingente que arribaba y no así el jefe hispano. A lo que no tuvo más remedio que acceder Cortes, quien dejo a su prisionero dirigir unas palabras a aquella multitud que lo aclamaba. Lo que dijo Cuauhtemoc fue lo siguiente, constituyendo el último discurso que dirigió en público:

“… esforzaos, nobles acallantlacas, lo más que podías con la ayuda de nuestro dios. Permanezcan contentos. No vayáis a pueblos ajenos. Sean felices aquí, para que no ocasionéis dolor a las gentes de otros lugares, a los viejos, a los niños que todavía están en las cunas, y los que apenas comienzan a caminar, a los que están jugando en otros lados. Tener cuidado con vuestros niños y compadeceros de ellos. Amadlos, no los abandonéis para que no se vayan a un pueblo extraño. Se los recomiendo yo, porque contra mi voluntad seré llevado a Castilla… ¿Qué si yo regresare o pereceré allá?, Quizá, y no vuelva a verlos. Haced todo lo que este en nuestro poder. Amad a vuestros hijos tranquilamente en paz. No les inflijáis ningún dolor. Ya solo digo esto: ayudarme con algo para que yo tenga fortaleza cuando sea recibido por el señor de Castilla…”

Acto seguido, el señor de Tuxkaha, le respondió a Cuauhtémoc con las siguientes palabras:

“¡Oh señor y amo!, ¿por qué nos hablas como si fueras nuestro súbdito?, no te aflijas, no te humilles ante nosotros, porque aquí está tu propiedad. He aquí nuestros tributos para ti”

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   Luego de aquel episodio memorable, se cuenta que enmudeció el joven líder ante su público, también se dice que su rostro se nubló con solo pensar en la funesta Castilla. Pero el desenlace habría de ser peor. Cuauhtemoc tampoco llegaría a Castilla, pues la muerte le acaeció en las siguientes horas a ese su ultimo celebre discurso suyo, sus palabras y el amor que tenían los pueblos por Cuauhtémoc convencieron a Cortes que no podía dejar más con vida a un enemigo tan peligroso, recapacitando ante la posibilidad de que su rey Carlos V, tarde o temprano le reclamaría enviarle sano y salvo al soberano mexicano ante su presencia y ello sin duda, desbarataría los planes mezquinos del capitán de hacerse ilegítimamente con el poder de la “corona mexicana”, una vez que Cuauhtemoc revelara ante el monarca europeo asentado allá en Castilla, todas y cada una las atrocidades y traiciones que Cortes había cometido en tierras de Anahuac.

   El final de la vida de Cuauhtemoc llego ese mismo día, cuando el sol ya se metía por el horizonte (“como el águila que desciende” tal y como evoca su nombre), cuando un instigador indio aliado bautizado por los hispanos como “Cristobal” (su nombre otomí era Coztemexi Cozcoltic) y apoyado por Doña Marina llegaron hasta la tienda de Cortes para avisarle, que si no mataba a Cuauhtemoc esa misma noche, al día siguiente ninguno de ellos amanecería con vida, pues la sublevación de los mayas chontales ya estaba en curso, pues aseguraban que un secreto emisario de Cuauhtemoc se había visto con el señor chontal le había dicho “que era necesario sacudirse a los castellanos, pues vendría un tiempo en que los extranjeros harían mucho daño y mucho mal, que matarían a los pueblos, y que Cuauhtemoc era del mismo parecer que debía matárseles, pues ya traía mucha gente organizándose y que serían más con la ayuda de los chontales” .

   Sin tardanzas, al oír aquella revelación del indio aliado y Doña Marina, Hernán Cortes se dispuso a cometer un acto de crueldad extrema que serviría de advertencia a los mayas chontales y representaría un sordo mensaje a la rebelión clandestina que ya gestaba los ejércitos fieles al “Señor de México” (comandados por un tal Temilotzin, cuyo paradero final nunca se supo). Aquella medida sería tan despiadada que incluso el cronista Bernal Díaz del Castillo, dejaría escrito en su testimonio que “aquella condena era injusta y que le parecía mal a todos los que iban con Cortes”…

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   Sin juicio y sin razón probada, Cuauhtemoc y su eterno amigo Tetlepanquetzal fueron visitados en su cautiverio y aun con las cadenas puestas fueron barbáricamente decapitados por Cortes, y sus cuerpos fueron colgados de cabeza en un árbol sagrado (una gran ceiba) al centro de aquella ciudad chontal que horas antes había hecho un recibimiento festivo por motivo de la visita de su “Señor Cuauhtmoctzin”, no obstante, también se asegura que las cabezas fueron rescatadas por hombres leales al joven tlahtoani, luego de que el capitán las mandara clavar en unas estacas a la entrada del templo de la ciudad, denostando así su real condición de salvaje invasor.

   Según algunos testigos indígenas de la atroz escena, al sentir el filo de la espada que iba cortar su cabeza, antes de expirar, Cuauhtemoc miro a los ojos a su ruin victimario y con su voz llena de amarga dureza le dijo:

“… señor Malinche, hace tiempo que ya sabía que esta muerte me ibas a dar, pues yo conocía de sobra la falsedad de tus palabras. Ahora me matas sin justicia, pero que Dios te la demande, porque yo no te la di cuando te tuvimos entregado en nuestra ciudad de México”.

   En la profundidad de la selva maya, colgados de un árbol se balancearon los cuerpos inertes de los Señores de México en aquella verdadera Noche Triste de febrero de 1525, y desde entonces no amanece ese negro anochecer que ha durado 5 siglos, pero cuando el alba del Nuevo Sol llegue, la Luz sera la que domine y no las sombras, ya no habrá quien diga que ahí terminaron todas las esperanzas del Anáhuac y del sagrado “Pueblo del sol”, pues así como la “gran ave del cielo” que un día cae tras del horizonte, al otro día vuelve a resurgir sin ver mitigado su brillo, su fuerza y su calor.

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¡Larga vida al «Joven Abuelo» Cuauhtemoc, héroe inmortal de México!

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Por: Tecuhzoma Teutlahua.

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