Nuestra Cuenta del Tiempo, Nuestra Identidad Originaria. Tocauhpohualiztzin, Toxicnelhuayotzin. Tlacatzin Stivalet
El monumento más grande y de mayo peso que nos legaron los tenochcas es, sin dida alguna, el conocido como «calendario azteca». El nombre nahua de esta herencia nuestra es huey cuauhxiccalli iixiptla «gran jícara del águila su representante», es decir, allí se nos identifica como representante del universo a cada uno de los sere humanos, los más de 6000 millones de seres humanos que somos hoy en día. Esto amerita que nos aboquemos a descubrir lo allí escrito por nuestros ancestros.
Se nos dice allí que cada uno de nosotros es «centro del universio al inicio del tiempo». Hay que tener presente que éste es el legado de nuestro Quinto Sol tolteca, nahui olin «cuatro movida», cuya identidad, a lo largo de los 676 años que duró, fue Tepeyollohtli «corazón de montaña». Esta identidad temporánea hizo que durante todo este tiempo, quienes vivian en Anáhuac hablando lengua nahua, y que se asumían como toltecas, tuvieran una necesidad irrefrenable de descubrir su identidad esencial…
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